Mi siguiente película es Jack Falls, una cinta británica que –aún pudiendo equivocarme- creo que no se ha estrenado aún en nuestro país y que nos cuenta como el expolicía Jack Adleth, un agente veterano de diversas operaciones encubiertas, sobrevive tras un intento de asesinato en Amsterdam y regresa a Londres para vengarse de los que le han querido quitar de en medio. Sin embargo, su regreso a casa va a ser de todo menos placentero ya que va a hacerle enfrentar a su pasado, el hampa y algunos de sus antiguos compañeros en la policía que también quieren verle muerto. En su lucha tendrá la inestimable ayuda de Natasha –la hija y heredera de un imperio del crimen- y la compañía de algunas alucinaciones, -producto del tiempo que estuvo sin respirar tras recibir el disparo- que como manifestaciones personificadas de su sexto sentido le salvarán la vida en más de una ocasión y le atormentarán en otras.
Amiguitos, resulta que Jack Falls finaliza la trilogía iniciada por Jack Says (2008) y Jack Said (2009) y está basada en una novela gráfica de Paul Tanter, algo de lo que –sinceramente- no tenía ni idea. Su grafismo, el blanco y negro –con ligeros toques de color- en que está rodada y su origen en el papel juega en su contra ya que –al menos en mi caso- remite demasiado a la estética de la milleriana Sin City y aunque a alguien le sirva como reclamo, también puede provocar la desidia entre los posibles espectadores al hecerles creer que se van a encontrar a una burda copia de la cinta dirigida por Miller y Rodríguez. Sin embargo o puedo decir que ahí acaban las similitudes ya que se trata un producto diferente y –salvando las distancias entre una y otra- interesante hasta cierto punto. Además, tengo debilidad por los bajos fondos londinenses, tanto o más cinematográficos que los de Los Angeles, Nueva York o Chicago, a los que el público en general está más acostumbrado. En resumen, que sin ser nada del otro mundo amiguitos es un divertimento palomitero sin demasiadas pretensiones, ameno y de calidad aceptable, palabra de King. Ah, y para los que seáis de mi edad, deciros que aparece Martin Kemp -bajista de los otrora célebres Spandau Ballet reconvertido en actor de cine y televisión- en un brevísimo papel. Hace gracia ver que los demás también envejecen como nosotros. Quien sabe, quizás me decida por buscar las dos primeras de la trilogía... no, pensándolo bien, con una dosis de Jack tengo suficiente.
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