Parece mentira que el ingeniero y diseñador de los elegantes Voisin de los que no hace tanto os hablé sea el padre este engendro llamado Biscúter, pero es cierto. Gabriel Voisin diseñó –además de unos elegantes automóviles- un pequeño vehículo al que denominó Bi-Scooter y que –por algo sería- no satisfizo a nadie, por lo que la idea acabó en un cajón. Sin embargo , la precaria economía española propició que a principios de los 50 la firma barcelonesa Autonacional S.A. comprase a Voisin la licencia de esta criatura por lo que nuestras calles no tardaron en ver como rodaba por ellas lo que en un principio se llamó Serie 100, la sabiduría popular denominó familiarmente zapatilla y acabó tomando el nombre –más acorde con su origen- de Biscúter.
Esta caja de aluminio con ruedas no tenía marcha atrás y la transmisión se realizaba sólo a la rueda derecha delantera, pero durante diez años aproximadamente recorrió calles y carreteras de toda España llegándose a fabricar una versión furgoneta e incluso una especie de deportivo a pedales al que se conocía como Pegasín al semejar una versión de juguete de los fantásticos deportivos de Wifredo Ricart.
Esta caja de aluminio con ruedas no tenía marcha atrás y la transmisión se realizaba sólo a la rueda derecha delantera, pero durante diez años aproximadamente recorrió calles y carreteras de toda España llegándose a fabricar una versión furgoneta e incluso una especie de deportivo a pedales al que se conocía como Pegasín al semejar una versión de juguete de los fantásticos deportivos de Wifredo Ricart.
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