No sé si os habréis enterado, pero estos días ha vuelto a la actualidad el nombre de Carter Bryant, el diseñador de las Bratz que trabajaba en Mattel –creadores de Barbie- mientras alumbraba la idea de fabricar sus muñecas. Como sabéis, Bratz –de quienes se ha llegado a rodar una película con actores de carne y hueso además de varias series de animación- le han hecho la competencia a Barbie desde que aparecieron en el mercado y parece ser que Mattel se lo tomó muy mal desde el principio.
Pues bien, lo cierto es que la firma llevó a su ex-empleado a juicio y al final los tribunales les han dado la razón. En definitiva, que como Bryant ideó a sus muñecas cuando estaba en nómina de Mattel, estos son los propietarios de sus diseños y –consiguientemente- de la muñeca. Después de las Navidades, Bratz dejará de estar en el mercado y además MGA Entertainment –su fabricante- deberá pagar una indemnización multimillonaria a la firma californiana en la que Bryant diseñaba vestidos para Barbie.
Piltrafillas, desconozco el caso en profundidad pero soy de los que opina que la propiedad intelectual es de la persona y no de la empresa para la que trabaja, dejando a un lado mi manifiesta antipatía por esa muñeca. Sin embargo, todo el mundo no siente lo mismo que yo y a buen seguro que habrá quien se alegre de la noticia.
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