viernes, 23 de mayo de 2025

Ghost – Skeletá (Loma Vista, 2025)


Debo deciros que Ghost son la única banda actual –es decir, nacida bien entrado el siglo XXI y aún en activo– de la que me compro casi todos los álbumes que edita. La satisfacción que me transmiten su sonido, melodías y concepto se mantiene con cada obra y opino que con cada nuevo lanzamiento han superado al anterior. Hasta ahora... o quizás también. Me explico. Cuando escuché este Skeletá por primera vez no tuve la sensación habitual de que la banda había escalado un peldaño más en calidad desde el disco anterior. Es lo malo de acostumbrarse a recibir dosis cada vez mas altas de genialidad y creatividad. Sin embargo, cada vez me gusta más, es uno de esos discos no tan inmediatos que ganan con cada escucha. Y es que las composiciones de Tobias Forge están llenas de matices diversos y pese a que los puristas del metal acusan a la banda de ser poco menos que ABBA con máscaras, lo que es innegable es que las raíces metálicas y hardrockeras de Forge están ahí y –aún siguiendo una línea de estilo marcada y reconocible– su afán por experimentar se ha llevado en este álbum más lejos que en sus obras anteriores. Si además la producción es estupenda, con arreglos intrincados envueltos en melodías fascinantes, el éxito es seguro. La parte de espectáculo y pantomima sigue ahí, pero la gente no es tonta y bajo las luces y el maquillaje tiene que existir valor musical. Y Ghost lo tiene, en cantidades industriales. 
 

Así que aún no sé si Skeletá está por encima de su predecesor Impera pero sin duda es un discarral al mismo nivel que sus obras anteriores. Y es que Forge ha contado en la producción y arreglos con el multiinstrumentista Max Grahn, coescritor de la práctica totalidad del disco y habitual colaborador de Forge que también ha trabajado con Pink, The Weeknd y Ariana Grande o la dupla de productores y compositores Vargas & Lagola –o lo que es lo mismo, los suecos Salem Al Fakir y Vincent Pontare–, responsables de parte de los éxitos de Avicii, Madonna o Lady Gaga. Instrumentalmente, Pontare y Al Fakir se han ocupado de sintetizadores y teclados, Grahn de la batería y algunas guitarras, Fredrik Akesson de Opeth ha vuelto a hacerse cargo de las guitarras principales junto a Martin Eriksson en las rítmicas y Tobias Forge ha tocado el bajo y se ha encargado de las voces encarnando esta vez a Papa V Perpetua
 

Por cierto, que aquí toca hacer un resumen del linaje de papas que han ocupado las labores de vocalista en la banda, representación musical de la secta The Clergy iniciada por Papa Nihil y Sister Imperator que contrataron a Papa Emeritus I para grabar el primer álbum y posteriormente a Papa Emeritus II para editar su continuación. El hermano pequeño de este fue nombrado Papa Emeritus III y después de ser retirado ascendieron al Cardenal Copia como frontman, que en realidad era el hijo bastardo de Sister Imperator
Papa Nihil. Fallecido este en el escenario, el Cardenal Copia fue designado Papa Emeritus IV pero con la muerte de Sister Imperator, por deseo de esta, se le ha promovido a Frater Imperator y máximo director de The Clergy mientras que su hermano gemelo aunque de talante más oscuro ha alcanzado el grado de Papa V Perpetua
 

Total, que grabado en Estocolmo por Gene Walkeralter ego de Forge– junto a los coproductores antes mencionados entre los estudios Atlantis Metronome, Traxton, Island y House Mouse, con portada una vez más del artista y arquitecto polaco Zbigniew M. Bielak, una parte imprescindible ya en la iconografía de Ghost, paso a comentaros a este Skeletá del que poseo una edición fabricada en la República Checa con vinilo semitransparente en una combinación de colores denominada Bleach Blend
 



Comienza el disco con un solemne coro de voces infantiles eclesiásticas que da paso a una Peacefield de aroma entre 70s y 80s con mucha fuerza, hard AOR del güeno al que algunos encuentran conexiones con Journey por una supuesta semblanza del estribillo con el de Separate ways pero que yo veo más como una mezcla de los Toto y Reo Speedwagon más hardrockeros pasada por un tamiz Leppardiano. La mezcla de batería y bajo –como en todo el disco– tiene un gran protagonismo. Le sigue Lachryma, con un inicio synthwave que se torna rápido en un riff a lo Mercyful Fate, con un buen solo y una melodía y estribillo pegadizos que enlazan con el sonido marca de la casa de álbumes anteriores. Satanized, el que fue primer adelanto del disco, es otro pelotazo con el típico sonido Ghost, con esa mezcla de estribillos poperos y guitarras a lo Sherman/Denner
 


Con Guiding lights bajan las revoluciones y Forge nos regala una balada, aunque simple, con unas armonías de fuerte carga emocional, como si los ABBA más resultones ataviados con túnicas negras en lugar de con colorines hubiesen vestido uno de sus temas pop con arreglos de hard rock y un estupendo solo cargado de sentimiento. Y la cara finaliza con De profundis borealis, que comienza engañosamente liviana, con un piano desnudo y melancólico que rápidamente nos hace entrar en un tema de guitarras gruesas y un ritmo acelerado, con una batería machacona que se alterna con unos estribillos cristalinos y melodiosos y en la que el espíritu de los Adrian Smith y Dave Murray de la época Brave new world se encuentra flotando por ahí, aunque con una parte final más a lo Seventh son of a seventh son en mi opinión.
 



Cambiamos de cara y nos encontramos con Cenotaph, un –diréis que se me ha ido la olla– hard synth boogie pop rock, con una batería potente y muy marcada, sintetizadores, riffs poperos, un solo de guitarra llamativo muy a lo Vito Bratta y un trabajo vocal estupendo como siempre, que puedo deciros que incluso me ha parecido bailable. Missilia amori es otro tema resultón y con fuerza, con un tono hardrockero entre tardosetentero y ochentero aunque con una producción del siglo XXI, un bonito solo de guitarra y las habituales armonías vocales de Forge. Le sigue la alucinante Marks of the evil one, un estupendo hard melódico con un bajo muy marcado, unos estribillos y coros con arreglos poppy –¿es Tobias Forge o Ke$ha?– pero con fuerza y energía, lo que vendría a ser un temazo muy pegadizo para las radiofórmulas si olvidamos que es a cargo de un grupo pretendidamente satánico, comandadado por un pontífice con una mascara de calavera. Pero ese es el encanto de Ghost y lo que nos vuelve locos a sus seguidores, me atrevo a decir que muchos con una cierta edad ya. 
 


Umbra, con su introducción de sintetizadores y su percusión dance pop o incluso funky resulta extraña en su primera escucha, aunque está revestida con guitarrazos y un sonido de Hammond que acaba aportándole una atmósfera setentera, toda una mescolanza de estilos que son el exponente de la experimentación y capas de matices con las que Forge gusta de revestir sus canciones. El punto final lo pone Excelsis, el tema mas largo del disco que con unas estupendas guitarras y una emotiva interpretación vocal concluye el álbum con seis minutos de preciosa y sensible power ballad dedicada a la muerte y el tránsito a otra vida, con una letra en la que se dice This is the end of the avenue, I am afraid of eternity, too
 

Esperemos que esas palabras no tengan un significado oculto de cara al futuro de la banda y que a Tobias Forge y sus colaboradores les quede inspiración para rato. Degustando aún este Skeletá y sus recovecos, ya estoy esperando su siguiente obra sin haber perdido un ápice de ilusión por Ghost y sus ghouls
 
¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla 
 
Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com 

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