La verdad es que la película no me llamaba demasiado la atención. Leyendo la sinopsis me la imaginaba como una mezcla de Ocean’s eight y Widows. Pero después de leer las alabanzas que la crítica estaba dedicando a Jennifer Lopez me he decidido por verla. Escrita y dirigida por Lorene Scafaria en base a un artículo de Jessica Pressler para New York magazine, Estafadoras de Wall Street –título original, Hustlers– cuenta la historia real de Roselyn Keo y Samantha Barbash protagonizada por Jennifer Lopez, Constance Wu, Cardi B o Keke Palmer entre otras actrices y cantantes en lo que se convierte en un producto eminentemente femenino y –dicen– feminista. Y, sinceramente, qué queréis que os diga, la película me ha parecido tan vacía como el mundo que retrata. El argumento explica cómo unas strippers que han perdido su trabajo e ingresos habituales por culpa del crash de Wall Street en 2008 deciden hacerse con una nueva bolsa de clientes a los que engatusan, drogan y roban. El personaje interpretado por Lopez dice al final de la película que en la vida siempre hay los que lanzan el dinero y los que bailan pero también es verdad que algunas strippers como ella misma habían hecho una fortuna a costa de desenvolverse con soltura e inteligencia en un mundo caracterizado por el machismo, la misoginia, el despilfarro, el sexo y la vacuidad moral.
Vamos, que espero que todo sea un ejercicio de marketing. La mera idea de equiparar su actuación a la de un Joaquin Phoenix, por ejemplo, me parece obscena. Estafadoras de Wall Street está bien hecha, tiene una fotografia colorida, es entetenida... pero no es un peliculón de ninguna manera. De hecho, tiene pasajes que se hacen bastante aburridos. Así pues, espero que Lopez no sea ni nominada. De serlo –ya no digo de ganar una estatuilla– se habrá devaluado el premio mucho este año. Por de pronto, en los Golden Globe Awards ya se llevó una decepción.
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