Entro en el fin de semana con el fantástico pintor barcelonés Marc Figueras, un estupendo exponente del figurativismo realista urbano –si es que existe tal género pictórico– que se inició como muralista e incluso en la pintura abstracta. Por suerte supo encontrar su verdadero vehículo de expresión. Afincado en el barrio de Gràcia, acostumbra a recorrer en bicicleta la ciudad tomando cientos de fotografías captando momentos que después –tras una cuidadosa selección– convierte en cuadro, casi siempre con motos, coches, bicicletas y el cuerpo femenino como protagonistas. Es un enamorado de la arquitectura modernista y más admirador de Domènech i Muntaner que de Gaudí.
viernes, 26 de octubre de 2018
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