Piltrafillas, vaya por delante que en esta Porno: situación límite no hay nada que valga la pena. El montaje, las interpretaciones, las toscas y zafias escenas eróticas, la música, la fotografía... todo es un montón de basura de la altura de un campanario. Y si le sumamos que la versión que he visto está ripeada de una vieja cinta VHS os podéis imaginar la calidad de la experiencia. Así pues ¿por qué os hablo de ella y –lo que es más sorprendente– os recomiendo su visión? Simple y llanamente, porque es un exponente del cine clasificado “S” cutre y casposo que a finales de los 70 y principios de los 80 se rodaba en nuestro país, incluso con la participación –todos tenemos que ganarnos la vida y llenar la nevera– de solventes actores de cine o teatro que uno no imagina las carencias que debían estar sufriendo para prestarse a tales despropósitos. Lo que nos cuenta esta película escrita y dirigida por el realizador barcelonés Manuel Esteba, es la historia de un policía joven e impulsivo interpretado con desgana por Joaquín Kremel al que su compañero –un inspector veterano que sigue el axioma “odia el delito pero compadece al delincuente”– debe apaciguar en más de una ocasión.
domingo, 4 de febrero de 2018
Porno: situación límite (1981)
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