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The neon demon
Mi reseña de hoy es para The neon demon, la última película de Nicolas Winding Refn –el de la estupenda Drive, comentada aquí o Sólo Dios perdona, también reseñada en este espacio– con Elle Fanning como protagonista. La película –en realidad, un relato de terror gótico disfrazado de reportaje en el Vogue– nos cuenta como Jesse, una joven de dieciséis años que ha llegado a Los Angeles con el sueño de convertirse en modelo, conoce a Ruby, una maquilladora que la introducirá en el mundo de las agencias de moda. Jesse no sólo es joven y delgada, tiene algo –si fuese bailaora flamenca dirían que es duende–, un encanto especial que atrae sexualmente a Ruby y provoca la envidia de Gigi y Sarah, un par de modelos amigas de esta. Pero lo que posee Jesse no es más que inocencia, lo que le falta a un mundo sexualizado de vendedores de humo profesionales, vano, superficial y falso. Por supuesto, Ruby y las envidiosas Gigi y Sarah –la una por despecho al no ver correspondido su deseo y las otras por celos, cuales hermanastras de Cenicienta fashion– no tardarán en volcar sus frustraciones sobre la joven, obsesionadas por hacerse con ese “algo” que le otorga la luz a Jesse.
En fin, amiguitos, sintiéndolo mucho debo deciros que The neon demon es lenta, pretenciosa y peca de un exceso de esteticismo –además de un guión estúpido– que de ninguna manera me permite que os la recomiende. Si en lugar de casi dos horas se hubiese condensado el argumento en un cortometraje, a lo mejor hubiésemos podido estar ante una buena película. Pero no ha sido así. Y es que a mi me encanta la parte visual y estética, pero no cuando no es más que el envoltorio de un producto sin alma, vacío como el mundo que retrata y tan llamativo como la luz del neón del título aunque volátil y efímero como el gas que la hace brillar. Total, que Winding repite con su habitual colaborador en lo musical –un aceptable Cliff Martinez– y se arropa con las colaboraciones de los estupendos Christina Hendricks y Keanu Reeves que decoran brevemente un elenco protagonizado por una Elle Fanning desorientada. Completan el reparto interpretando a las arpías de la historia Jena Malone, Bella Heathcote y la supermodelo Abbey Lee, australiana que fue descubierta a los diecisiete años, fue parte del séquito de Victoria’s Secret y sufrió de anorexia antes de hacer el salto al cine, donde –por ejemplo– la hemos visto en la reciente Mad Max: Fury road, de la que ya os hablé. Lo mejor, ese final gore no apto para estómagos sensibles, si me aceptáis el chiste.
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