Prosigo con mi retrato de Lisboa, esta vez ascendiendo al Castelo Sâo Jorge, pasando por la Sé a través del barrio de Alfama en dirección a uno de los numerosos miradores de una ciudad en la que las piernas del viajero son contínuamente castigadas por empinadas subidas y bajadas sobre un firme irregular, el de Santa Luzia, desde el cual la vista de los tejados de la parte más auténtica e intrincada del barrio en la que destaca la cúpula del Panteâo es espectacular.
Y ya en el castelo –una fortaleza de origen visigótico que también se utilizó como palacio real y en su momento no se libró de los daños provocados por el devastador terremoto de 1755– encontramos estatuas, cañones y pavos reales en un agradable recorrido a través de jardines y almenas que ofrecen una más que completa vista de la ciudad. Si vais a viajar a Lisboa, os recomiendo que –sobre todo en una hora en la que el sol esté alto– invirtáis algo de vuestro tiempo en visitar la cámara oscura de su Torre de Ulisses.
De nuevo despido mi entrada con una vista del Ponte 25 de Abril, un puente que sin duda os traerá a la mente la imagen del Golden Gate Bridge de la bahía de San Francisco. Lo cierto es que se parecen mucho, tanto que la guía que tuvimos en la cámara oscura que os he mencionado antes incluso nos dijo que la razón es que fueron construidos por la misma compañía. Eso no es cierto, aunque la confusión –imperdonable en una guía turística– tiene su explicación. El 25 de Abril fue levantado por la American Bridge Company, la misma empresa que construyó el Bay Bridge entre San Francisco y Oakland, menos icónico que su famoso compañero anaranjado.
4 comentarios:
Me quedo con la tercera, la del sogueo.
No me lo puedo creer.
Hombre, no, si quieres me quedo con la de la catedral o la del castillo, no te jiba, jaja.
Tambien me encantó la de la ropa tendida... Y que antiguo y pintoresco es.... bello... Saludos
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