Sí amiguitos, hoy ni muscle car, ni modelo mítico ni un prodigio del diseño con bonitas líneas sobre cuatro ruedas. No, piltrafillas, este domingo os traigo a un feo engendro que –sin embargo- tiene su interés. Me estoy refiriendo al Moke, un vehículo que el diseñador Alec Issigonis –reconocido internacionalmente por ser responsable del Mini en el que se basaba el Moke, aunque él siempre se declaró mucho más satisfecho de haber participado en el proyecto Morris Minor- desarrolló para British Motor Corporation y que el conglomerado automovilístico británico comercializó a partir de 1964 a través de Austin, Morris y Leyland. No os perdáis que en sus inicios el Moke nació como diseño de vehículo militar –existen fotos y todo-, pero la verdad es que con ese diseño de paso bajo y esas ruedecillas que hacía que los soldados pareciesen muñecos, el Moke era un fracaso como vehículo todo terreno. Total, que a alguien se le ocurrió que para utilizarlo como coche de recreo tenía salida y lo lanzó como buggy de playa. Y acertó. El Moke consiguió un enorme éxito en Australia, las Seychelles, los Estados Unidos y el Caribe, llegándose a fabricar hasta 1993 en Portugal. Lo dicho, un coche que –al menos en mi opinión- no puede decirse que sea bonito pero al que todos nosotros hemos visto en innumerables películas de esas en las que los protagonistas llevan camisas floreadas y las puestas de sol sobre el mar son preciosas.
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