De vuelta al mundo de las cuatro ruedas, hoy os hablaré del Lincoln Indianapolis, un coche presentado en el Salón del Automóvil de Turín en 1955. Tras el fallecimiento de Edsel Ford, su hijo Henry –empeñado en modernizar la marca- le asignó a Carrozzeria Boano el encargo de crear un modelo elegante y futurista sobre un chasis Lincoln. Felice Boano –que había abandonado a Ghia recientemente- encargó la dirección del proyecto a su hijo Gian Paolo. El resultado fue el Lincoln Indianapolis, un precioso diseño aparentemente inspirado en el mundo de la aviación a propulsión que montaba un V8 de 200 caballos.
Pero de este automóvil no se construyeron más unidades y tras pasar por diversos propietarios –entre los que se encontraba el mismo Henry Ford II- sufrir un incendio y acabar metido en un almacén durante décadas, con la entrada del siglo se decide restaurarlo, algo para lo que son necesarios varios años. Por fin, el coche se subastó en el transcurso de la edición de 2006 del Concours d’Elegance de Pebble Beach alcanzando un precio de 1.375 millones de dólares.
sábado, 19 de octubre de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Ya me parecía a mi raro lo de:
en el transcurso de la edición de 2006 del Concours d’Elegance de Pebble Beach alcanzando un precio de 1.375 millones de dólares.
¡Putos especuladores del Arte!
Publicar un comentario