Están ahí

Amiguitos, he dejado pasar unas semanas para dar tiempo a que el tema estallase en las redes sociales o en los informativos, pero no sé si es que el asesinato de Asunta, los terremotos relacionados con el proyecto Castor, la huelga de maestros en Baleares o la intervención quirúrgica de Su Majestad han servido de perfecta cortina de humo o es que –en realidad- estas cosas interesan poco o nada a los españoles. Sin embargo, yo estoy escandalizado.Y es que el mes de julio el Ministerio de Defensa promovió para su ascenso a coronel al teniente coronel Miguel Ayuso Torres, presidente de la Unión Internacional de Juristas Católicos, catedrático de Ciencias Políticas y Derecho Constitucional en la Universidad Pontificia de Comillas –por cuyas aulas pasaron Fátima Báñez, Rodrigo Rato o José Bono, entre otros “ilustres” estudiantes- y miembro del Cuerpo Jurídico Militar. Pero el asunto tiene cojones, porque resulta que este tipo, autor de numerosos libros y defensor de ideas tan avanzadas como que la Guerra Civil española no supuso un enfrentamiento entre hermanos, sino “una cruzada”, es asiduo a las tertulias del canal Intereconomía –a punto de desaparecer y en cuyo ideario están la defensa de la vida y la unidad de España-, ha calificado a la Constitución como “fiasco”, “basada en la mentira” y “de origen bastardo” y no reconoce a Juan Carlos I –al que llegó a calificar de traidor- como Rey de España, ya que se declara Carlista. De hecho, llegó a formar parte de la secretaría del pretendiente Sixto de Borbón. 

Pues sí, piltrafillas, es a este demócrata del siglo XXI al que la subsecretaria de Defensa, Irene Domínguez-Alcahud, incluyó en una lista de candidatos a ascenso que firmó a mediados de julio, imponiendo su criterio –según información aparecida en El País el mes pasado- al del general José Luis Poyato, que fue destituido y pasado a la reserva a causa del asunto. Desde el Ministerio se apresuraron a negar cualquier relación entre Domínguez-Alcahud y Ayuso, sin embargo se aprecian rasgos comunes ideológicos. Y es que la joven perteneciente al Cuerpo de Abogados del Estado –y hasta su nombramiento en Defensa, miembro del consejo de administración del opaco ISDEFE-, se licenció en Derecho en la Universidad San Pablo, cuyos valores se basan en el humanismo cristiano y tras la cual se encuentra la Asociación Católica de Propagandistas, agrupación de seglares católicos que pretenden propagar la fe católica y el apostolado en orden a formar a minorías afines a hacerse con los lugares más eminentes de la vida pública de la sociedad, siempre dentro de lo que se ha dado en llamar nacional-catolicismo, ese hermano gemelo del integrismo islámico, igual de pernicioso aunque bajo un diferente dios. 

Lo dicho, amiguitos, que estoy pasmado. En resumen: La joven licenciada en una universidad adscrita al ideario nacional-católico, en el seno de un ministerio comandado por Pedro Morenés -licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra, del Opus Dei, y antiguo presidente del consejo, director general o asesor de diversas empresas de armamento, durante cuyo ejercicio fue condecorado con la Orden de Isabel la Catolica por servicios a la nación-, promueve el ascenso de un teniente coronel carlista, que ni reconoce al Rey ni a la Constitución. Y el país discutiendo si unos cientos de miles de catalanes que quieren expresarse en las urnas sobre sus sentimientos están torpedeando la Constitución o si en la sociedad se está dando cierta falta de respeto a instituciones como la Monarquía. Por mi parte –parafraseando al realizador Alejandro Amenábar- solo puedo decir una cosa, ABRID LOS OJOS.