domingo, 3 de junio de 2012

Cinderella 2000 (1977)


Amiguitos una buena manera de comenzar mis reseñas cinematográficas de hoy va a ser hablaros de la primera cinta que he visto este fin de semana, la comedia erótica Cenicienta 2000, todo un clásico del softporn light de finales de los 70 que sitúa la acción en un hipotético 2047 en el que el sexo está prohibido y el gobierno controla a la población a través de robots que sancionan a aquellos a los que sorprenden fornicando y los convierten en pequeñas muñecas Barbies o Ken. Pero una joven llamada Cindy, a quien su madre adoptiva y sus lascivas hermanastras tratan como a una esclava, es convencida por su ángel de la guarda –que aparece en un nave espacial- para que acuda a un baile de máscaras. Allí, Cindy conocerá al hombre de sus sueños y tendrá relaciones sexuales con él. Sin embargo, cuando desaparezca -como en el cuento original-, esta Cenicienta perderá algo –no piltrafillas, no es un zapato esta vez- y su príncipe tendrá que relacionarse con diversas jóvenes hasta encontrar a su princesa probando en cual calza mejor su... bueno, eso.


Si aún no habéis visto nunca esta película y queréis disfrutar de una obra bizarra y friki en grado sumo, corred a haceros con ella piltrafillas. Cinderella 2000 no es solo una comedia erótica con guión pueril, efectos especiales hilarantes e interpretaciones patéticas ambientada en un irrisorio 2047 que en 1977 quizás parecía verosímil pero que hoy se nos antoja ridículo, es que además se trata de un musical... o algo parecido. Así es piltrafillas, entre polvo y polvo o incluso caminando por el bosque, de golpe y porrazo los protagonistas se ponen a cantar o a bailar como si se tratase de una versión erótica y en clave de ópera pop de Mary Poppins. Y por si eso fuera poco, hace un cameo Blancanieves con sus siete enanitos. Lo dicho amiguitos, tenéis que verla... y luego os emborracháis para superarlo.

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