Piltrafillas, yo soy de esos frikis a los que les gusta mirar por televisión programas de cocina, sencillamente disfruto viendo cómo se preparan los platos e imagino cómo me quedarían a mi y el sabor que tendrían. Es, en definitiva, una desviación como cualquier otra. Por eso, cuando hace unas semanas me encontré en casa del Tío Saín una entrada dedicada al fotógrafo Michael Roulier -en la que se adjuntaba un maravilloso vídeo que detallaba cómo preparar unos Rigatoni al pesto di triglia- me propuse hablaros de ello en este blog. La razón por la que he tardado en hacerlo es porque tengo por costumbre no publicar receta alguna que no haya cocinado antes yo mismo. Y hoy era un día de lo más indicado.
Cómo es habitual, en mis recetas las cantidades son un poco a ojo de buen cubero y dependerán en cada caso de número de comensales que se decidan por seguir mis indicaciones. Y para quienes lo prefieran, adjunto también el mencionado vídeo para que puedan seguir paso a paso la elaboración del plato. No os podéis quejar.
Primeramente necesitamos salmonetes en filetes limpios de espinas, corazones de hinojo, tomates pelados y sin pepitas, aceite de oliva, pasas, piñones, ajo y cebolla. Hay que sofreír la cebolla en juliana con el hinojo a láminas finas y el ajo picado muy fino, añadir las pasas y los piñones y pochar. Cuando el conjunto esté dorado, añadimos el tomate en cuartos y laminado y una copa de vino blanco. Damos unas vueltas dejando reducir y echamos los salmonetes cortados en tiras delgadas, flor de sal –o sal gorda-, pimienta recién molida y lo dejamo cocer a fuego lento removiendo de tanto en tanto. Por otra parte hervimos en abundante agua salada los rigatoni el tiempo de cocción marcado por el fabricante para dejar la pasta al dente. Después la colamos y la echamos en el cazo con la mezcla anterior añadiendo otro chorrito de aceite y un pellizco de pimienta, cociendo todo unos minutos a fuego muy lento sin dejar de remover. Entonces servimos y espolvoreamos perejil picado por encima. He acompañado el manjar con un pan crujiente recién hecho y un verdejo de Rueda que abrí el sábado.
El resultado ha sido una delicia casi tan perfecta como el vídeo de Roulier, un plato sabrosísimo en el que diversos aromas, sabores y texturas me han hecho emocionar.
Cómo es habitual, en mis recetas las cantidades son un poco a ojo de buen cubero y dependerán en cada caso de número de comensales que se decidan por seguir mis indicaciones. Y para quienes lo prefieran, adjunto también el mencionado vídeo para que puedan seguir paso a paso la elaboración del plato. No os podéis quejar.
Primeramente necesitamos salmonetes en filetes limpios de espinas, corazones de hinojo, tomates pelados y sin pepitas, aceite de oliva, pasas, piñones, ajo y cebolla. Hay que sofreír la cebolla en juliana con el hinojo a láminas finas y el ajo picado muy fino, añadir las pasas y los piñones y pochar. Cuando el conjunto esté dorado, añadimos el tomate en cuartos y laminado y una copa de vino blanco. Damos unas vueltas dejando reducir y echamos los salmonetes cortados en tiras delgadas, flor de sal –o sal gorda-, pimienta recién molida y lo dejamo cocer a fuego lento removiendo de tanto en tanto. Por otra parte hervimos en abundante agua salada los rigatoni el tiempo de cocción marcado por el fabricante para dejar la pasta al dente. Después la colamos y la echamos en el cazo con la mezcla anterior añadiendo otro chorrito de aceite y un pellizco de pimienta, cociendo todo unos minutos a fuego muy lento sin dejar de remover. Entonces servimos y espolvoreamos perejil picado por encima. He acompañado el manjar con un pan crujiente recién hecho y un verdejo de Rueda que abrí el sábado.
El resultado ha sido una delicia casi tan perfecta como el vídeo de Roulier, un plato sabrosísimo en el que diversos aromas, sabores y texturas me han hecho emocionar.
4 comentarios:
Imagino, pues lo mío en este caso es imaginar, claro...
Nota.- también me gusta mirar por tv recetas que luego hago a la peña, eso si, algo pruebo...
Dudo que este plato tenga colesterol. Si suprime el pan, el vino y dosifica el aceite de oliva intuyo que debe ser de lo más saludable.
Este post es un salto al vacío, jefe, jua jua. Con lo poco que me gusta a mí cocinar y lo mucho que disfruto leyendo estas palabras y viendo el vídeo.
Pues además el resultado estaba de miedo.
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