Ahora os presento a Sam Taylor-Wood –Sam de Samantha-, una fotógrafa que en 1998 fue nominada al prestigioso Turner Award. Amiguitos, si tenemos que hacer caso a la wikipedia, la vida de esta mujer ha sido de todo excepto de color de rosa. Sus padres se divorciaron cuando era adolescente, vivió en una comuna, su madre la abandonó a los dieciséis, consiguió entrar en la Escuela de Arte tras múltiples problemas con los exámenes de acceso, alternó trabajos tan interesantes como dirigir una discoteca hasta que comenzó a tomar instantáneas y realizar cortometrajes en vídeo... y entonces le diagnosticaron un cáncer de colón que supero justo a tiempo de que le encontrasen un tumor maligno el el pecho, del que también se salvó a costa de cirugía radical. En fin piltrafillas, la verdad es que es milagroso que alguien con ese bagaje se dedique a crear belleza alegremente en lugar de estar en el fondo de un tugurio oscuro y con el aire cargado de humo, apurando un whisky tras otro. Bravo por Sam.
sábado, 2 de julio de 2011
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1 comentario:
Joder macho!
y luego nos quejamos!
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