viernes, 11 de febrero de 2011

Perros


Se ve que el otro día alguien –sería algún concejal o alcalde, la verdad es que no estoy muy al caso- se quejó de que con la crisis que hay, muchos consistorios ven como sus presupuestos no dan para ayudar lo suficiente en políticas sociales encaradas a los ancianos –geriátricos, servicios médicos personalizados, etcétera- mientras que las partidas destinadas a las perreras municipales se deben mantener en aras de los derechos de los animales a tener una existencia digna. Lo que el funcionario expresaba era la necesidad –en su opinión- de que se permitiesen los sacrificios de perros y gatos antes de tener que gastar un dinero que es escaso en veterinarios, alimentación e instalaciones para estas mascotas. Piltrafillas, estoy totalmente de acuerdo con ello –ahora, si queréis, lo matizo- por lo que la noticia no me ocuparía un segundo de vida escribiendo sobre ella. Lo realmente penoso es que los espectadores de una programa matinal de la televisión autonómica catalana que han contestado a la pregunta “¿Debería legalizarse el sacrificio de animales domésticos?” lo han hecho negativamente en un 89%. Hay que decr que la pregunta no estaba hecha en abstracto, sino en consecuencia de las manifestaciones antes expuestas. Así pues, resulta que casi el 90% de los espectadores que han llamado por teléfono o han enviado SMS al programa –esta es otra, ya me diréis quien dedica minutos de su vida a tal estupidez-, siendo conscientes de que hay ancianos que no pueden ser atendidos, se muestran de acuerdo con que parte del dinero necesario para ello se destine a que unos chuchos coman cada día. Esos papanatas de los derechos de los animales son los mismos que después ven un mendigo en la calle y miran para otro lado. A ver amiguitos, amo a los animales –soy de los que cuando decían que veían los documentales de La 2 era verdad-, me encantan los perros, disfruto acariciando e incluso hablando –friki que es uno- con caballos, nunca le haría daño a un animal... pero antepongo sin dudarlo a mis congéneres. Además, si alguien compra una mascota y luego se cansa de ella echándola a la calle, que le multen, pero que no me obliguen a través de los impuestos a seguir alimentando a su animal. En fin, no sé lo que opinaréis vosotros o si os interesa el tema en absoluto. La verdad es que no sabía muy bien de qué hablar y el tema me ha proporcionado una excusa tan válida como otra. ¿Alguien se anima a opinar?

1 comentario:

Lai dijo...

Se acabaron las coñas.
En serio, es increíble que la gente sienta dolor por un puto chucho que por un niño rumano/gitano tirado en la calle Alcalá pidiendo, estoy hasta los huevos de esto y de aquello, a veces, creo que me paso.
Sin dudarlo, firmo todas y cada una de sus palabras.