Piltrafillas, acabo de iniciar un nuevo estado bastante común en la vida de todo hombre casado, el de Rodríguez. Sí amiguitos, a partir de hoy se me puede aplicar ese apelativo –ignoro de dónde viene el término- con el que en este país se define a los maridos que se quedan viviendo solos y trabajando mientras el resto de la familia se ha marchado de vacaciones al chalet, un hotel o un camping. La literatura y cinematografía dedicada a los Rodríguez –existe incluso una banda de rock con ese nombre- es extensa, y se basa casi por completo en un pretendido aspecto lúdico y disipado de la situación, proclive a canas al aire y despendoles varios, además de un total abandono de la rutina o la limpieza del hogar. Pues bien, ya os digo que no es mi caso. Por mi parte –aunque es cierto que en el tema del hogar voy a intentar ensuciar más bien poco para luego no tener que limpiar- seguiré una rutina estricta y contaré los días que restan para reencontrarme con mi mujer y mi hija porque lo cierto es que no puedo vivir sin ellas. Así pues, ni juergas, ni amigas, ni amigotes... un tiempo de Rodríguez de lo más aburrido. Y es que hasta en eso soy friki.
domingo, 18 de julio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
ohhhhhhhhhhhhhhhhhh!!
Usté siempre está bien acompañado!!
Otr@s somos Rodríguez forever.
No problem! Rubia o negra?
Rubia. Por cierto, veo en mi rastreador que en este preciso instante hay en el blog 3 españoles -uno soy yo-, un argentino y un belga, ¡que es usted! Qué cosas.
El belga soy yooooooooooooo. Bélgica=belga, of course.
Publicar un comentario