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Para quitarme la espina decido echar mano de una antigua cinta de uno de mis realizadores fetiche, el norteamericano Russ Meyer, en esta ocasión la titulada Mudhoney –fechada en 1965-, una cinta de la que al parecer aún hoy día permanece una copia secuestrada en Long, población texana en la que se pidió a Meyer que la reconociera como pornográfica, a lo que este se opuso toda su vida. En esta cinta el realizador nos cuenta la historia de Calif McKinney un tipo que a principios de los años 30, en plena depresión, recala en la localidad de Spooner y es contratado por Lute Wade en su granja como empleado temporal para pequeños trabajillos. McKinney se enamorará de Hannah –la sobrina de Lute-, quien está tristemente casada con Sidney, un viejo borracho violento y putero que la maltrata y sólo piensa en heredar algún día la fortuna de Lute. Como os podéis imaginar, esta tragedia acabará como el rosario de la aurora.
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En mi opinión, Mudhoney tiene a su favor una muy buena fotografía en blanco y negro, buena banda sonora, una interesante historia –basada en una novela titulada Streets paved with gold- y actuaciones convincentes, tanto de los personajes mencionados como de los que encarnan al sheriff o al predicador Hansen, sin olvidad a esa especie de gallina humana que sirve de contrapunto a la rubia sordomuda ligera de cascos con la que Calif se topa al llegar a Spooner- y se trata de una típica cinta de mi alabado Meyer que con el tiempo se convirtiría en un icono de la comedia softporn norteamericana y todo un outsider que acabó siendo una figura de culto, un mito que toda su vida hizo lo que le dio la gana y un realizador del que en este blog podréis encontrar un gran número de reseñas.
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En mi opinión, Mudhoney tiene a su favor una muy buena fotografía en blanco y negro, buena banda sonora, una interesante historia –basada en una novela titulada Streets paved with gold- y actuaciones convincentes, tanto de los personajes mencionados como de los que encarnan al sheriff o al predicador Hansen, sin olvidad a esa especie de gallina humana que sirve de contrapunto a la rubia sordomuda ligera de cascos con la que Calif se topa al llegar a Spooner- y se trata de una típica cinta de mi alabado Meyer que con el tiempo se convirtiría en un icono de la comedia softporn norteamericana y todo un outsider que acabó siendo una figura de culto, un mito que toda su vida hizo lo que le dio la gana y un realizador del que en este blog podréis encontrar un gran número de reseñas.
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