sábado, 22 de agosto de 2009

La ciudad de los niños perdidos






Y ahora os presentaré –si es que no la conocéis ya- una película preciosa en su oscuridad, La ciudad de los niños perdidos, una obra genial de Jean Pierre Jeunet –quien junto a Marc Caro ya me había sorprendido con la impactante Delicatessen- que me gustó incluso con su Alien:Resurrection y más tarde con la historia de Amélie Poulain. Ahora le he perdido la pista y no sé demasiado de sus últimos proyectos. Pero amiguitos, todo esto no es más que palabrería cuando se trata de hablar de esta cinta bella y tenebrosa a la vez, un cuento gótico retro-futurista con momentos maravillosos, tiernos y escenas tétricas e incluso trágicas a las que ayuda mucho la música triste e inquietante del gran Angelo Badalamenti. Total piltrafillas, que es difícil resumir en seis fotogramas –los que acostumbro a seleccionar de cada película que os comento- el arte de una cinta en la que cada encuadre es una pequeña obra de arte.




La historia que se nos cuenta en esta cinta es la de un inventor algo chapucero que crea a una esposa que le sale enana, a unos clones con los que divertirse que le nacen con la enfermedad del sueño, a Irvin, un cerebro con el que poder hablar que vive en una pecera y a Krank, un colega que le ayuda en sus investigaciones, un ser dotado de gran inteligencia pero que nace con la imposibilidad de soñar, lo que le hace envejecer rápidamente. Esta troupe –que vive en medio del mar en una especie de isla artificial con pinta de plataforma petrolífera en ruinas- se une en la trama a los ladronzuelos infantiles a los que explotan unas siamesas, a un forzudo que pierde a su hermanito –al que apodan Comida, ya que es un glotón de mucho cuidado- y a los cíclopes, una especie de acólitos de una extraña secta de semi-cyborgs que combate a los humanos gracias a los objetos biomecánicos que Krank les da en pago a los niños que le proporcionan, pequeños con los que el científico quiere fabricar sueños con los que alimentar su existencia. Un momento impagable es el de toda la familia –clones, esposa y Krank- cantando disfrazados de Papa Noel para provocar sueños felices en unos pobres críos que no pueden hacer otra cosa que sentir pánico ante una escena de tamaño surrealismo. Pero Irvin, consciente de la maldad que están cometiendo, tiene un plan que se verá propiciado cuando el forzudo One descubra que los cíclopes han secuestrado a su hermanito Comida y lo han llevado a la isla de Krank.




Pero tal como ya os he dicho antes, las palabras están de más cuando se trata de explicar esta obra emocionante, onírica y extraordinaria. Hacedme caso y si no habéis visto ya La ciudad de los niños perdidos poneos cómodos en el sofá de casa, apagad las luces y disfrutadla hasta que finalicen los títulos de crédito, en donde podréis entristeceros más si cabe –aunque el final de la película es feliz, no os preocupéis- con la música de Badalamenti y la voz rasgada de Marianne Faithfull.
Para amantes de la anécdota, el diseño de vestuario corrió a cargo de Jean Paul Gaultier.

4 comentarios:

nexus6 dijo...

Gran película, si señor!
Después de "Amelie", Jean Pierre Jeunet rodó la aburrida "Largo domingo de noviazgo" y este año presenta "Micmacs à tire-larigot".

Mañana vuelvo al foro... ;-)

nexus6

King Piltrafilla dijo...

Hombre, pues ya seremos dos. Aquello está más vacío que el cerebro de Belén Esteban.

Joan Albert dijo...

todas las peliculas de Jean pierre Jeunet, son magnificas, incluso "Largo domingo de noviazgo", la pedlicula con el presupuesto mas alto del cine frances, i las mejores imagenes de la 1ªguerra mundial que he visto.

King Piltrafilla dijo...

No la conozco, aunque si el señor nexus6 dice que es aburrida...

Pero bueno, quizás me animo y la busco. Un saludo y gracias por comentar. Bienvenido a la comunidad de los piltrafillas.