Beautiful girl hunter

Piltrafillas, hoy me he regalado una sesión doble de cine nipón. La primera de las cintas que os voy a comentar –disfrutada esta mañana poco antes de hacerme unas sabrosas chuletas a la parrilla que han resultado ser mantequilla pura- es Beautiful girl hunter, subtitulada Star of David, un producto erótico de finales de los 70 que nos cuenta la historia de Tatsuya, el hijo de una mujer de clase alta y un criminal que la viola ante los ojos de su esposo. El niño crecerá en un hogar roto por el rencor y el desprecio bajo la disciplina de un padrastro que dedicará buena parte de sus energías a humillar a su esposa –quien no lo resistirá y acabará poniendo fin a su vida- y dar palizas a su hijo. Sin embargo, cuando Tatsuya –en apariencia un hijo modélico- cumpla 17 años, su padrastro se declarará vacío de odio y resentimiento y decidirá dar su amor a ese joven que ha educado y criado. Pero es tarde para arrepentimientos y cuentos de hadas y su muerte -¿accidental?- nos permitirá descubrir la verdadera personalidad de Tetsuya, que dista mucho de ser la del respetuoso y educado joven que finge aparentar. Hace ya tiempo que tras leer los diarios de su padrastro ha dedicido dar rienda suelta a su maldad siguiendo el legado de su verdadero progenitor. Así, el joven –un admirador de los nazis- construye en el sótano de su mansión su particular campo de concentración, una cámara de torturas en donde recluye y anula la voluntad de las mujeres a las que secuestra, humilla, viola e incluso asesina sin atisbo de remordimiento. Sólo una mujer le obsesiona realmente, la hija de un amigo de su padrastro, una joven que se nos muestra educada y candorosa pero que –al igual que el mismo Tatsuya- oculta un secreto inconfesable.

Amiguitos, lo cierto es que este clásico del pinku eiga se me ha hecho largo en algunos momentos, pero me ha resultado más agradable y ameno de ver –siempre sabiendo lo que me iba a encontrar- que lo que varias críticas me auguraban. Beautiful girl hunter es una película de horror –que no terror- de las que encajaría en ese tipo de cintas norteamericanas con sanguinarios psicópatas asesinos con trauma infantil o aquellas –si fuese un producto Hammer de los 50 o 60- que bien podría haber protagonizado Vincent Price. Sin embargo hay una pequeña diferencia, se trata de una obra japonesa y lo cierto es que esa gente es para echar de comer aparte. Aquí no hay sangre al estilo gore ni humor negro ni efectos especiales... aquí encontraréis incesto, violencia física, humillación sexual, latigazos, bondage y una utilización bizarra de símbolos como la cruz cristiana o la estrella de David del título. Para que os hagáis una idea, atentos a la escena friki del protagonista masturbándose ante libros abiertos con fotos de ahorcados y fusilamientos. En fin, una joya para fanáticos del cine casposo japonés.