La primera cinta de la que os hablaré hoy es En la puerta de casa, una modesta producción de esas que se sacan directamente al mercado de vídeo o se presentan en festivales pero que no cuentan con un reparto lo suficientemente conocido que justifique una promoción internacional medianamente cuidada. Sin embargo os diré que me ha gustado bastante. El argumento es simple amiguitos; Brad, un músico en paro que vive con su mujer en un barrio en las afueras de Los Angeles se despide de ella cuando ésta se va a trabajar al centro de la ciudad. Minutos después hacen explosión en la ciudad diversas bombas que, al parecer, eran portadoras de agentes químicos. Las autoridades ordenan que la población permanezca en sus hogares y selle puertas y ventanas ante el peligro que las cenizas y la nube tóxica suponen para la salud. En un primer momento Brad se dispone a buscar a su mujer pero ante la imposibilidad de traspasar las barreras policiales, decide volver a casa en donde se encerrará con un hombre que trabaja en casa de su vecino. Pero cuando la esposa de Brad regrese, el dilema será si abrirle la puerta –a ella y a la enfermedad de la que con toda seguridad ya es portadora- o seguir las órdenes del Gobierno y dejar en la intemperie a la mujer que ama.
La película transmite muy bien la tensión y la angustia de los personajes ante la amenaza de lo desconocido, pero aunque tiene un inicio enérgico y prometedor decae conforme los efectos de las explosiones y el contagio se dejan sentir. Aún así, En la puerta de casa obliga a reflexionar sobre el comportamiento humano y resulta bastante amena dentro de lo que cabe en una de estas producciones –la típica cinta palomitera de domingo por la tarde en el sofá- alargando quizás un poco la parte central de la película hasta conducirnos a un desenlace que finge ser impactante pero que era –al menos para mi- muy previsible.
La película transmite muy bien la tensión y la angustia de los personajes ante la amenaza de lo desconocido, pero aunque tiene un inicio enérgico y prometedor decae conforme los efectos de las explosiones y el contagio se dejan sentir. Aún así, En la puerta de casa obliga a reflexionar sobre el comportamiento humano y resulta bastante amena dentro de lo que cabe en una de estas producciones –la típica cinta palomitera de domingo por la tarde en el sofá- alargando quizás un poco la parte central de la película hasta conducirnos a un desenlace que finge ser impactante pero que era –al menos para mi- muy previsible.
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