Bueno amiguitos, por si no lo teníais apuntado en la agenda, os recordaré que este domingo se celebra la edición de este año del Día del orgullo Gay. Tengo que deciros que es una festividad que me llama la atención, aunque en negativo. En anteriores participaciones en el foro y en la web que precedió a este blog ya hablé de ello pero por si no lo sabéis os diré que es algo que no me parece correcto. Es decir, que opino que este tipo de exaltaciones de grupo -sean del tipo que sean-, en lugar de integrar lo que provocan es todo lo contrario, o sea, una autoexclusión. Y no soy el único que lo piensa. Me consta que hay infinidad de homosexuales que antes que gays se sienten personas y -esos sí- viven su sexualidad de una manera tan normal que ni se plantean ese tipo de exhibiciones. Pero bueno, que cada cual haga lo que quiera, evidentemente. Entonces -os preguntaréis vosotros-, ¿que hago hablando de ello año sí y año también?
Un par de posibles respuestas son a) porque me da la gana, que tiene las de ganar y b) para criticar a los homosexuales porque me caen mal, cosa que no es cierta en absoluto. Sin embargo, para explicar esta fijación que tengo por el tema, tampoco podemos obviar las declaraciones de voces malintencionadas que utilizan el foro de la Comunidad de los Piltrafillas para expresarse con total libertad y me acusan continuamente de tratar a menudo el tema como válvula de escape de una homosexualidad latente reprimida. Vaya tontería. A mi, que siempre me he creído un heterosexual con todas las de la ley -de adolescente ya me encantaban las tetas de Samantha Fox y no el paquete de Leif Garrett, por ejemplo- y ahora me dicen que soy un GAY. En fin, me lo han repetido tanto que me lo he acabado creyendo. Sí piltrafillas, si esa es la sensación que doy -he pensado-, será que es verdad. Así pues, hoy he decidido salir del armario. Claro que, cuando he visto lo que había dentro del primero que he mirado, me he dicho ¡y una mierda, yo no salgo! Así que me he metido dentro otra vez.
Y aquí sigo, en un espacioso Pax Vinstra de Ikea escribiendo estas líneas sobre el día este de marras en el que hay gente que se desnuda o se disfraza y se sube en carrozas muy llamativas y se da besos y grita... y es muy feliz, pero a quienes no me podré unir. Total, ¿de qué voy yo a sentirme orgulloso de nada, con lo marranos que son mis pensamientos, metido aquí con estas chicas tan dispuestas a amar a su prójimo?
Un par de posibles respuestas son a) porque me da la gana, que tiene las de ganar y b) para criticar a los homosexuales porque me caen mal, cosa que no es cierta en absoluto. Sin embargo, para explicar esta fijación que tengo por el tema, tampoco podemos obviar las declaraciones de voces malintencionadas que utilizan el foro de la Comunidad de los Piltrafillas para expresarse con total libertad y me acusan continuamente de tratar a menudo el tema como válvula de escape de una homosexualidad latente reprimida. Vaya tontería. A mi, que siempre me he creído un heterosexual con todas las de la ley -de adolescente ya me encantaban las tetas de Samantha Fox y no el paquete de Leif Garrett, por ejemplo- y ahora me dicen que soy un GAY. En fin, me lo han repetido tanto que me lo he acabado creyendo. Sí piltrafillas, si esa es la sensación que doy -he pensado-, será que es verdad. Así pues, hoy he decidido salir del armario. Claro que, cuando he visto lo que había dentro del primero que he mirado, me he dicho ¡y una mierda, yo no salgo! Así que me he metido dentro otra vez.
Y aquí sigo, en un espacioso Pax Vinstra de Ikea escribiendo estas líneas sobre el día este de marras en el que hay gente que se desnuda o se disfraza y se sube en carrozas muy llamativas y se da besos y grita... y es muy feliz, pero a quienes no me podré unir. Total, ¿de qué voy yo a sentirme orgulloso de nada, con lo marranos que son mis pensamientos, metido aquí con estas chicas tan dispuestas a amar a su prójimo?
3 comentarios:
Yo también quiero meterme en ese armario, pero a ser posible en otro compartimento para no tocarnos el culo.
LEGO.
Lo siento, está lleno. Búsquese otro espacio, IKEA está llena de ofertas.
Egoísta.
LEGO.
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