viernes, 26 de junio de 2009

Teenage Hooker became Killing Machine in Daehakroh







Amiguitos, ahora hace tiempo que no os comentaba ninguna pero durante una época os hablé a menudo de diversas obras de cineastas de Corea del Sur, realizadores reconocidos como Kim Ki-Duk (Bad Boy, La Isla, Samaritan Girl), Park Chan-Wook (Old Boy, Sympathy for Lady Vengeance, Soy un Cyborg y otras) o Bong Joon-Ho (The Host, Memories of Murder). Hoy regreso a la mencionada cinematografía, pero con una obra de un tal Nam Gee-Woong titulada Teenage Hooker became Killing Machine in Daehakroh. La película es una frikada en toda regla, un subproducto bizarro que sólo se ha exhibido comercialmente en Japón y Corea del Sur así como en algunos festivales a los que ha ido. Pero, ¿de qué va esta cinta de tan extenso y explícito título? Pues bien piltrafillas, la historia que este tal –desconocido por mi hasta el día de hoy- Nam Gee-Woong nos cuenta es la de una joven prostituta vestida de colegiala que le cuenta a su profesor –un tipo que, o es muy feo o tiene la cara de espuma- que está embarazada de él y que pretende dar a luz y dejar la vida que lleva. Evidentemente, el hombre no está dispuesto a ello y contrata a unos asesinos para quitarla de enmedio. Sin embargo, aunque la descuartizan, un misterioso científico la reconstruye y la convierte en robot asesino. La puta adolescente comenzará entonces la búsqueda de su profesor para saciar su hambre de venganza.




Como véis, la cinta no es que sea demasiado original, la fotografía es oscura, aunque saturada en ocasiones y está filmada ábusando del ojo de pez. Si le sumamos momentos como el del cliente fingiendo que viola a nuestra amiga protagonista mientras ella gime y cuenta el dinero, con música de big band de fondo o su posterior encuentro con el profesor, en el que acaban los dos en un callejón bailando música punk-rock os podréis hacer una ligera idea del tipo de film con el que me he topado hoy. En fin, recomendada sólo para megafreaks o estudiosos del cine asiático que estén obligados a tragarse lo que sea.

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