viernes, 20 de febrero de 2009

Eden Lake




La segunda película de la tarde ha sido Eden Lake, la ópera prima del británico James Watkins, una cinta de terror de la que he leído críticas tan prometedoras –tensa, brutal, definitiva, inquietante- que me da miedo sufrir una decepción. He llegado leer que no es una película de terror, sino LA película de terror. Con calificativos así comprenderéis que no podía dejar pasar esta oportunidad, así que me he servido un ron añejo y me he apoltronado en el sofá preparado para la angustia y el sufrimiento. La sinopsis que leo cuenta lo siguiente. La historia, que comienza con una joven y guapa profesora de guardería despidiéndose de sus alumnos y siendo recogida por su novio, un tipo apuesto que parece querer pedirla en matrimonio -si hacemos caso del anillo con el que juguetea nervioso- y nos cuenta como la pareja protagonista –Steve y Jenny- decide pasar un fin de semana romántico y relajado junto a un lago. Sin embargo, unos jovenzuelos les harán la vida imposible. Primero –cosas de adolescentes violentos- les aguarán la tarde, después les robarán el coche, más tarde apalearán y torturarán friamente a Steve con un cuchillo y luego... Os cuento enseguida.







Bueno piltrafillas, ya la he visto y en verdad es buena. No opino que sea la película definitiva del género, pero logra mantenerle a uno en tensión y con los más bajos instintos a flor de piel. Particularmente, al acabar de verla hubiese salido a la calle a buscar a algunos de esos niñatos fanfarrones con cara de perdonavidas que pueden encontrarse en los bares de nuestras calles hoy en día y les hubiese molido a palos. He recordado los casos de bullying en nuestras escuelas, las agresiones callejeras, la violencia sin sentido que parece emanar de los poros de una parte de nuestra juventud y no he sabido encontrar respuesta ante la pregunta sobre de quien es la culpa de todo ello. Es fácil decir “la sociedad”, esa palabra comodín que sirve para todo y no significa nada, o la televisión... o simplemente echarnos la culpa a los padres. Pero lo cierto es que a veces creo que la especie humana, lejos de evolucionar, lo que está haciendo ahora es involucionar por lo que cada vez más se acerca al comportamiento irracional de los animales salvajes. Sí amiguitos, creo que el odio y la violencia forma parte de nuestra herencia genética y –después de miles de años más o menos disimulada, soterrada o combatida con mayor o menor éxito por el intelecto o la razón- está tomando las riendas de las vidas de un buen número de las generaciones emergentes. En fin, que Eden Lake –toda una reflexión sobre la violencia, los valores morales y el sistema educativo actual- me ha puesto de mala ostia. Si ese era su objetivo, lo ha cumplido. Recomendada para todo aquel que definitivamente no quiera pasar un rato de relax y para estudiosos concienzudos de la mentalidad adolescente, el sentimiento de pertenencia al grupo y el papel de los líderes de la manada. Se me va la olla amiguitos, voy a tomarme otro ron.

No hay comentarios: