sábado, 28 de febrero de 2009

Requiem por un vampiro







Después de comer me he preparado para una nueva sesión doble de cine. La primera película que he decidido disfrutar ha sido la bizarra Requiem por un vampiro –conocida también como Vierges et Vampires o Caged Virgins-, cinta dirigida por Jean Rollin que nos cuenta como dos chicas que huyen a tiro limpio en un coche disfrazadas de payaso se esconden en un castillo en ruinas en el que son apresadas por una extraña secta vampírica.




El argumento –si se le puede llamar así- nos explica que el vampiro al que adoran esos acólitos es el último que queda en el mundo, y se dedica a contagiar la maldición para perpetuar su raza. Música psicodélica, melodías de órgano o piano, los colmillos de atrezzo más mal hechos que he visto en mi vida, jadeos, total ausencia de diálogos –apenas cinco o seis frases en toda la película- vello púbico y erotismo light son las características de una película que –sin embargo- me ha resultado distraída. No es Ciudadano Kane, evidentemente, pero por supuesto, es infinitamente mejor que El lago de los muertos vivientes, por poner un ejemplo. Piltrafillas, si os gusta el terror casposo y el erotismo kitsch no os podéis perder esta película, una más de las obras de esa especie de Tío Jess galo obsesionado con los vampiros.

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