lunes, 29 de diciembre de 2008

Rolls-Royce Phantom


Amiguitos, lo admito. Al gustarme esas máquinas con cuatro ruedas que se llaman coches, he visto muchos modelos a lo largo de mi vida. No obstante, ni mi grupo social ni mi poder adquisitivo andan parejos a los de –pongamos por caso- el sultán de Brunei, por lo que muchos de los vehículos que conozco los he podido admirar gracias a las fotografías. Sin embargo, el otro día pude ver en vivo –por primera vez en mi vida- una de estas bestias. Os hablo del Rolls-Royce Phantom. Así es piltrafillas, esta belleza de casi dos toneladas y media –con distintivo del Cuerpo Diplomático- me adelantó en la AP7 en dirección a Tarragona. La sensación fue extraña. Ya me han adelantado un montón de Porsche e incluso Ferrari –aunque hace dos veranos me di el gustazo de adelantar a un Lotus con mi destartalado Opel Astra, coche del que ya he prescindido- pero todos ellos aunaban la potencia a un diseño deportivo y ligero. Y si no eran ligeros gozaban de una estudiada aerodinámica.
Sin embargo, la sensación que esa mole me transmitió fue de robustez. Este vehículo –por si no lo sabéis, en realidad es un BMW- se fabrica en aluminio y su motor –un V12 que la marca alemana construye en Munich- tiene 6.749cc y 460cv de potencia máxima, lo que permite que el Phantom alcance sin problema más de 200 Km/h. Ignoro quien viajaba en el que me adelantó, ignoro qué diplomático disfruta de él e ignoro si es normal que un funcionario deba poseer para sus desplazamientos –pagado por sus conciudadanos- un coche de ese precio y con ese consumo. Pero, no me hagáis mucho caso, os hablo desde la envidia más cochina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantan los coches, será porque conviví con cuatro hermanos mayores!
No me pasan desapercibidos, si hace falta me doy la vuelta para seguirlos con la mirada y admirar sus formas y lo que me sugieren, sea elegancia, robusted o ganas de aventura. Pero sobre todo me gusta conducirlos, claro...y si es por carreteras envueltas en árboles que dejan traspasar los rayos del sol, ummm.
Lo que no me gusta es repostar.
Saludos amigo Piltrafilla..