viernes, 7 de julio de 2023

Emperor – Emperor (Private Stock – 1977)


Emperor fue una banda noruega de black metal formada a principios de los 90 por Insahn y Samoth, alias de Vegard Sverre y Tomas Haugen que a principios del presente siglo se disolvió. ¿Y por qué os cuento esto –os preguntaréis– si claramente los protagonistas de la entrada de hoy no llevan corpse paint?, pues para despistar, obviamente, porque aunque hasta ahora ese nombre generaba sin remedio en mi mente la evocación de la mencionada banda noruega, resulta que existió mucho antes para denominar a un grupo de Long Beach. Y si el nombre del grupo hizo que sacase el vinilo de la cubeta para echarle una ojeada, lo que hizo que –sin tener la más ligera idea del sonido que cultivaban– me lo llevase a casa fue ver que la producción del álbum estaba a cargo de Richie Wise y Kenny Kerner. El álbum tenía que valer la pena. Los kissmaníacos me entenderéis. 
 
Los inicios de estos Emperor fueron como los de infinidad de bandas, con un tal Steve Watts reclutando amigos del instituto para tocar en bares, fiestas populares y guateques de su ciudad y así ganarse unos dólares. Eran los años 60 y The Emperors –más tarde cambiarían de nombre– se labraron una reputación primero en Long Beach y luego en el sur de California, a la vez que ganaban concursos y teloneaban a grupos diversos entre los que llegaron a estar The Rolling Stones o Steely Dan. Su fama como grupo versátil, enérgico y con calidad les llevó a firmar con RCA a mediados de los 70 y más tarde con el sello neoyorquino Private Stock, que ya como Emperor les grabó en los Cherokee studios este álbum de debut con los mencionados Wise y Kerner a la producción y que contó con el ingeniero Warren Dewey, que había estado en el disco de debut de Boston. El grupo consistía en Steve Watts a las voces y batería, Joe Marques a las voces y bajo, Randy Budihas a la batería y voces, Joe Alexander a la guitarra y coros y Mike Lobbett a los teclados y coros y su flamante disco les permitió darse a conocer más allá de su área de influencia, entrar en las listas de éxitos nacionales y hacer una gira por los Estados Unidos e incluso Japón. 
 
Con una portada de Ed Caraeff, el álbum tenía el siguiente track list
 
A 
Dreamer 
Do you feel alright? 
Won’t you be my lover 
Flicker 
Time that it takes 
 
B 
I’m alive 
Woman 
You oughta be ashamed 
A milion years ago 
 

Lo primero que escucho en mi vida de estos tipos es Dreamer, un tema alegre con Marques a las voces, con cierto aire a Meat Loaf y unas guitarras muy presentes con regusto a The Eagles. Do you feel alright? es una canción festiva con un inicio que bien podría ser de los KISS setenteros y con un Watts a la voz que en un primer momento me recuerda a Gene Simmons, con coros, palmas y una guitarra incluso más presente que en el tema anterior. Won’t you be my lover es un hard melódico con florituras varias, tanto pop como prog-rock, que trae ecos de Styx –sin duda una de sus influencias–, lo mismo que Flicker, también de Marques, donde las armonías vocales brillan junto a la guitarra y los teclados. Le sigue Time that it takes, un tema que Emperor ya habían grabado en single para RCA, esta vez con Budihas a la voz, que es otro gran ejemplo de hard rock melódico y elegante para estadios. A estas alturas me pregunto por qué esta banda no está entre las míticas de la época y sus músicos no constan en las habituales listas de intérpretes setenteros imprescindibles. 
 
Comienza la cara B con I’m alive, en la misma senda que la anterior, entre AOR y opera rock –de nuevo Marques a las voces, aunque esta vez menos Meat Loaf y más una mezcla de Pete Townsend e Ian Anderson–, con gran presencia de guitarra y sobe todo de teclados. Woman es quizás el tema que –a cargo de Budihas–, más se aparta del todo general del álbum, iniciándose con una guitarra acústica y que bien podría haber tenido unos arreglos latinos, con congas y todo, pero que acaba a lo power ballad, con guitarra eléctrica y coros. Cambio radical de estilo con You oughta be ashamed, también con Budihas pero más alegre y hard rockera y que me trae ecos de boogie rock, con piano y una producción más sucia. Y por último, A million years ago de nuevo con Joe Marques a la voz principal, muchos coros y unas guitarras cristalinas y elegantes, la guinda a un disco que no sé como no había conocido hasta ahora. 
 

En resumen, otra joyita escondida en una cubeta de vinilos que por pura chiripa y gracias a que dos jóvenes noruegos llamaron a su banda con el mismo nombre escogí para llevarme a casa. Pero ¿dónde está el resto de la discografía de estos músicos más que solventes? Pues resulta que Emperor no grabarían ningún álbum más. Pese al moderado éxito de su debut, su álbum homónimo no tuvo continuidad y aunque siguieron actuando, después de diversos cambios de formación se disolvieron en los años 80. Inexplicable. Sin embargo, con la llegada del nuevo siglo y de nuevo como The Emperors, se reformaron y se hicieron con el cetro de la mejor banda de róck clásico del sur de California, o eso dicen ellos. En la actualidad, con Steve Watts –inasequible al desaliento, no en vano la banda es su retoño– y Randy Budihas como únicos miembros originales, el grupo continúa funcionando como banda de versiones con un repertorio que va de Journey a Steely Dan pasando por The Beatles, Deep Purple, Boston, los inevitables Styx, The Eagles, Bon Jovi o The Beach Boys entre un larguísimo etcétera. 
 

Y nada más, espero que os haya parecido interesante y os haya gustado este disco. Yo estoy muy contento de haberlos conocido y tenerlos conmigo. 
 
¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla 
 
Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com 

No hay comentarios: