Doy inicio al domingo con Sunwoo Kim, artista surcoreano formado en Bellas Artes por la universidad privada budista Dongguk de Seúl que trabaja con témperas sobre lienzo. Sus obras, algunas reinterpretando conocidas pinturas de reconocidos maestros de la historia del arte, están protagonizadas por dodos. Evidentemente, existe un motivo muy pensado para ello. Resulta que en una isla del índico vivían estos pájaros y, como tales, podían volar. Sin embargo, no sentían la necesidad de ello por lo que evolucionaron a animal terrestre. Cuando los marineros portugueses descubrieron la isla y la llamaron Isla Mauricio, se encontraron con estas aves que habían evolucionado sin conocer al hombre y por tanto sin miedo a este. Eran tan confiadas y se las cazaba con tal facilidad que los portugueses les pusieron el nombre de dodo, un término peyorativo que significa tonto, bobo. Entre esto y los ataques que la nueva fauna –sobre todo los cerdos– lanzaba a sus nidos, a finales del siglo XVII el pobre animal desapareció del todo de la faz de la Tierra. Esa historia es la que aplica Sunwoo Kim en su trabajo, con el que pretende denunciar la ineficacia laboral, la pobreza emocional y la deficiente calidad de vida de una juventud que se ha visto arrastrada por una sociedad consumista que los ha hecho infelices y que pese a poder volar son incapaces de ello. Ya veis, cuanta profundidad en unas obras aparentemente estúpidas.
domingo, 30 de abril de 2023
Sunwoo Kim
Doy inicio al domingo con Sunwoo Kim, artista surcoreano formado en Bellas Artes por la universidad privada budista Dongguk de Seúl que trabaja con témperas sobre lienzo. Sus obras, algunas reinterpretando conocidas pinturas de reconocidos maestros de la historia del arte, están protagonizadas por dodos. Evidentemente, existe un motivo muy pensado para ello. Resulta que en una isla del índico vivían estos pájaros y, como tales, podían volar. Sin embargo, no sentían la necesidad de ello por lo que evolucionaron a animal terrestre. Cuando los marineros portugueses descubrieron la isla y la llamaron Isla Mauricio, se encontraron con estas aves que habían evolucionado sin conocer al hombre y por tanto sin miedo a este. Eran tan confiadas y se las cazaba con tal facilidad que los portugueses les pusieron el nombre de dodo, un término peyorativo que significa tonto, bobo. Entre esto y los ataques que la nueva fauna –sobre todo los cerdos– lanzaba a sus nidos, a finales del siglo XVII el pobre animal desapareció del todo de la faz de la Tierra. Esa historia es la que aplica Sunwoo Kim en su trabajo, con el que pretende denunciar la ineficacia laboral, la pobreza emocional y la deficiente calidad de vida de una juventud que se ha visto arrastrada por una sociedad consumista que los ha hecho infelices y que pese a poder volar son incapaces de ello. Ya veis, cuanta profundidad en unas obras aparentemente estúpidas.
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