domingo, 5 de febrero de 2023

Der Turm der verbotenen Liebe (1968)


Este domingo os traigo La torre del amor prohibido o La torre del pecado, como se conoció en español, una coproducción italo-franco-alemana que debía ser dirigida por Fritz Umgelter, quien al poco de iniciarse el rodaje sufrió un infarto. Así pues, al necesitar reposo, acabó haciéndose cargo de la realización el vienés Franz Antel, aunque cambió su nombre por el afrancesado François Legrand. Protagonizada por la húngara Teri Torday y el francés Jean Piat en medio de un elenco internacional, la película está basada en la novela de Alejandro Dumas La Tour de Nesle y es un culebrón que ríete tú de los seriales turcos o los venezolanos. El argumento nos cuenta cómo hace tiempo que jóvenes nobles aparecen muertos en el río, cerca de la Torre de Neuille. Para los lugareños está claro, todo es culpa de la maldición de la bruja que mora en dicha torre. Pero la verdad es otra. La Reina Marguerite, mujer del Rey Luis X que se encuentra de campaña, se dedica a calmar su lujuriosa pasión llevando a una torre junto al Sena a sus conquistas. 
 

Sin embargo, al igual que Freud unió en sus teorías sobre el equilibrio vital a Eros y Thanatos, el destino de los amantes de la Reina era ser asesinados tras el sexo. En una ocasión, son llevados a la torre el Capitán Buridan, su joven amigo Phillipe y otro hombre. Buridan escapará de la muerte, pero sus compañeros no tendrán esa suerte. Sin embargo, Buridan reconocerá a su amante tras la máscara. El motivo es que en realidad se trata de Lyonnet de Bourvonville, antiguo amante de Marguerite antes de que esta se casase con el Rey de Francia. Y no sólo eso, Phillipe era uno de los dos hijos que la mujer tuvo con él fruto de esa relación, a los que ha querido matar desde hace años para ocultar su pasado a su actual marido. Así que, se viene tragedia, amiguitos. Total, que esta La torre del amor prohibido es entretenida, colorida, con interpretaciones creíbles, algunos desnudos light y un vestuario vistoso. En resumen, una simpática peliculilla sexy de intrigas palaciegas del montón que –al contrario de lo que acaba ocurriéndole a la reina Marguerite– merece salvarse de la quema en la ristra de cintas de serie B que os he comentado en las últimas semanas.

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