Pues sí, amiguitos, hoy os traigo The house that Jack built, la última película del provocador Lars Von Trier que ya pasó por los festivales de Cannes y Sitges y que, según algunos, podría significar el adiós al cine del realizador danés. Un resumen muy superficial del argumento sería el retrato de la evolución de un asesino a lo largo de poco más de una década durante la que nunca ha sido detenido mientras intenta comprender el porqué de su comportamiento y justifica sus actos con la búsqueda del arte. ¿Y qué queréis que os diga?, la cinta comienza y, conociendo la sinopsis, el encuentro con Uma Thurman y su palabrería es de lo más tenso que he visto últimamente. Y no sé si es lo que Von Trier pretendía, pero en mi caso me ha hecho empatizar con un Jack que parece querer escabullirse de la situación y escapar del destino al que se ve empujado, y pensar –cuando este llega– que la gilipollas se lo había buscado. De hecho, conforme vamos asistiendo a la evolución del psicópata Jack, cada escena en la que aparece hablando con otras personas transmite una enorme tensión. Es decir, ¿sabe esa persona que quizás ese tipo de extraña verborrea decida quitarle la vida en pocos segundos? Lo que parece claro es que Von Trier se ha reflejado en su protagonista, realizando una especie de autorretrato estableciendo paralelismos entre su polémica obra y los asesinatos de Jack, ese ingeniero con vocación de arquitecto, enamorado del arte y aquejado de un trastorno obsesivo compulsivo, además de un tipo con suerte. La película quizás no sea de las mejores del año, pero Matt Dillon está muy bien. Creo que ha sido injusto que este año no haya sido nominado más que en los daneses Premios Bodil. La suya me parece una interpretación estupenda.
Como bonus, acompaño los dos temas mencionados además del Fame de David Bowie, que también se escucha en un par de escenas.
2 comentarios:
NO es que el tema me diga... pero, le prometo que cuando la vea, le digo algo.
Si el tema NO le dice... dudo que la vea. Pero esperaré.
Publicar un comentario