Piltrafillas, lo lamento pero voy a llevar la contraria a todo el mundo. Y es que Dunkerque no me parece la obra maestra que al parecer piensa la mayoría. Es como la pintura. A mi me gustan Ralph Goings, Richard Estes o Antonio López. A Mondrian o a Rothko no los comprendo, aunque visualmente me pueden gustar las combinaciones de colores de algunos de sus óleos. En cambio Jackson Pollock no me dice nada. Pues lo mismo me ha pasado con esta película, y eso que hasta ahora Nolan me ha encantado siempre. Claro que, ni soy entendido en pintura ni en cine sino un vulgar espectador que disfruta con la exploitation setentera. Total, que hoy he ido al cine con mi esposa –le he dejado escoger a ella, algo que si soy sincero casi nunca hace– a ver Dunkerque, escrita, producida y dirigida por Christopher Nolan y el resultado ha sido que ella ha salido encantada y yo con cierta decepción.
Porque la película no es mala, en absoluto, pero es... cómo decirlo, rara. Se trata de una cinta bélica, pero no como estamos acostumbrados a verlas, sino bélica, en el estricto sentido de la palabra. Es húmeda, sucia, angustiosa, fría, terrible, es un documental, un retrato descarnado de cientos de miles de hombres exhaustos, aterrorizados y avergonzados, intentando escapar de la muerte mientras los nazis los eliminan, aunque algo desganados –podrían haberlos aniquilado con algo más de dedicación– y algunos propietarios de pequeñas embarcaciones de la costa británica se unen en una de las acciones solidarias más sorprendentes de la Segunda Guerra Mundial.
Y no hay más. Con tres puntos de vista diferentes de un mismo día, el de un joven highlander de infantería, un piloto de la RAF y el propietario de una pequeña embarcación de recreo, Nolan nos muestra en poco más de hora y media un episodio mítico despojándolo de épica y fuegos de artificio. Es como una fotografía sin photoshop.
Y quizás esa simpleza es lo que la hace genial. Pero, qué queréis, cuando voy al cine prefiero que me entretengan con misterios, giros de guión o –todo lo contrario– explosiones, disparos, tetas y culos o superhéroes que vuelan. Lo de esta tarde estará muy bien pero me ha parecido que estaba viendo el canal Historia. Por cierto, ignoro si la playa era realmente la de Dunkerque, pero las casas del frente marítimo, con esas persianas y sus terracitas, eran setenteras a tope. No hubiese estado mal algo de CGI para corregirlo o maquillarlo un poco. Pero ya os he dicho, no tengo ni idea.
domingo, 23 de julio de 2017
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