domingo, 21 de mayo de 2017

Train to Busan (2016)


Piltrafillas, Zombieland, Ass zombie, Zombie 108, Zombie strippers, Zombie women of Satan, Zombie hunter, Doghouse, Oasis of the zombies, Strippers vs. Zombies, Juan de los muertos... todas ellas son películas que han pasado por este blog. Y es que hace unos años explotó la moda y me harté de ver películas de muertos vivientes, tanto que un buen día decidí no ver ninguna más. Sin embargo, después de todo este tiempo me han llegado tan buenas críticas de esta Train to Busan que he roto mi promesa. Y no me arrepiento en absoluto. Escrita y dirigida por Yeon Sang-ho y con sendos premios en Cannes y Sitges en su haber, el argumento nos cuenta como una epidemia muy virulenta contagia a los habitantes de Corea del Sur. Testigos del avance de la enfermedad serán los viajeros del tren que va desde Seúl hasta Busan, recorriendo el país de arriba a abajo casi por completo. En especial, el protagonismo recae principalmente en un broker muy ocupado y su hija pequeña. Seok-woo está divorciado y trabaja en la capital como gestor de fondos de inversión, pero –como regalo a su hija Soo-an en el día de su cumpleaños– acepta llevarla con su madre, que reside en Busan, para que pase una temporada con ella. Lo que no imagina es que el viaje se convertirá en una extenuante lucha por su vida y la de otros pasajeros. 


Amiguitos, Train to Busan es una película violenta y de desarrollo trepidante que avanza sin descanso a un ritmo vertiginoso, convirtiendo a ese tren en un retrato de la sociedad en la que cada uno mira por él mismo sin reparar en el prójimo, excepto algunos espíritus sacrificados que en los momentos difíciles dejan aflorar su humanidad. Con una música que ayuda a transmitir las emociones en cada momento de la cinta, una buena interpretación, un uso frenético de la cámara, una estupenda fotografía y un final de infarto muy emotivo, mi recomendación está clara. Si estáis cansados del tema zombie como yo, olvidaos de ello por esta vez y disfrutad de esta gran película, otro exponente más que recomendable del buen cine de Corea del Sur al que tantas entradas he dedicado en este espacio.

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