Total, que una vez ahí, nos plantamos en el fantástico Viktualienmarkt, un mercado en el que sobre todo se pueden encontrar multitud de quesos, además de puestos de salchichas o carne asada y que tiene en su interior un concurrido Biergarten en el que, además de los típicos platos de la gastronomía bávara, se encuentra un enorme local de la cadena Nordsee –de la que soy fan y cliente cada vez que voy a Alemania– en el que uno puede saciar su apetito mientras da cuenta de cuantas jarras de Augustiner Helles desee (a 3.70 eur el medio litro).
Y esta vez –para ilustrar mis palabras–, además de las fotos, os acompaño un vídeo que refleja bien el ambiente del lugar. La imagen no es muy estable, cierto, pero es que llevaba ahí un buen rato. Ya me entendéis.
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