Mi segunda reseña de hoy la dedico a Solace y en esta ocasión, por contra a lo expresado en mi anterior entrada, sí se trata de una recomendación para que la veáis. Dirigida por el brasileño Alfonso Poyart, el camino recorrido por esta historia escrita por Sean Bailey y Ted Griffin ha sido arduo tras pasar quince años metido en un cajón. Nacida a la sombra de Seven de David Fincher, a lo largo de estos años incluso se consideró convertirla en la secuela de aquella. Finalmente, tras un lavado de cara del guión en el que participaron Peter Morgan o James Vanderbilt –autor del guión de Zodiac, también dirigida por Fincher–, el año pasado se estrenó interpretada por Jeffrey Dean Morgan, Abbie Cornish, un Anthony Hopkins erigido en principal protagonista –además de productor ejecutivo– y un Colin Farrell cuya presencia es casi testimonial, pese a que su personaje es de vital importancia en la película. Lo que esta Solace nos cuenta es como el doctor John Clancy, antiguo colaborador del FBI capaz de visualizar el futuro y retirado desde la muerte de su hija a causa de la leucemia, regresa a la investigación cuando el agente especial Merriweather le pide ayuda para encontrar a un asesino en serie al que persigue junto a su compañera, la agente Cowles. Conforme avanza la investigación, encuentran un nexo de unión entre las víctimas que aparentemente no tenían nada en común. Sin embargo, de una de ellas parecía imposible saber que poseía las características necesarias para que su asesino la escogiese como objetivo. Eso es porque este posee un rasgo que le hace ir por delante del FBI, marcándoles el camino a seguir y convirtiendo la investigación en un sofisticado juego del gato y el ratón en el que todo indica que Clancy y sus compañeros tienen las de perder.
domingo, 7 de febrero de 2016
Solace
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