Despido el último fin de semana antes de Navidad con el extraordinario talento de Neil Hollingsworth, un pintor norteamericano que se enroló en las Fuerzas Aéreas al dejar el instituto, pero que acabó trabajando de ilustrador para el padre de un amigo que tenía una empresa de diseño gráfico. Siendo un enamorado del mundo de la aviación, descubrió el vuelo sin motor y se dedicó a ello los fines de semana mientras proseguía con su trabajo ante la mesa de dibujo. Más tarde decidió seguir los pasos de su esposa y estudió para enfermero, aunque sin abandonar la pintura, para la que parecía estar especialmente dotado. Y aquí le tenemos, un enfermero cuya obsesión de juventud fue pilotar aviones y que en su tiempo libre pinta unos fantásticos óleos hiperrealistas.
domingo, 20 de diciembre de 2015
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