Amiguitos, mi particular Santísima Trinidad de la discografía de los californianos Slayer está formada por Reign in blood, South of heaven y Seasons in the abyss, los que en mi opinión son los mejores álbumes de la banda en el siglo pasado, con permiso del mítico y clásico Hell awaits que no poseo y que me encantaría tener en vinilo. Sin embargo, ya que Paul Bostaph vuelve a estar en Slayer en el line up de su último lanzamiento –ese irregular aunque muy recomendable Repentless–, qué mejor cedé que comentaros que este Divine intervention en el que el experimentado y versátil batería de San Francisco tuvo por primera vez la misión de hacernos olvidar a Dave Lombardo.
Así, con los habituales Tom Araya al bajo y voces, Kerry King y el hoy tristemente desaparecido Jeff Hanneman a las guitarras y el entonces recién llegado Paul Bostaph a la batería, el grupo trabajó en los Oceanway studios y los Sound city studios codo a codo con el ingeniero Toby Wright –que les ayudó en producción y mezclas– para dar forma a este impresionante Divine intervention.
El track list fue:
Killing fields
Sex. Murder. Art
Fictional reality
Dittohead
Divine intervention
Circle of beliefs
SS-3
Serenity in murder
213
Mind control
Y si antes os decía que Divine intervention suponía toda una prueba de fuego para Bostaph, la verdad es que el muchacho cumplió con creces, algo que se pone de manifiesto al comenzar el disco con ese doble bombo de Killing fields. Esa canción, Fictional reality, SS-3 y sobre todo 213 –mi preferida junto con el tema título– son las que destacaría de un álbum que sin ser de los mejores de su carrera, les quedó bastante digno y tuvo cierto éxito comercial.
Eso sí, su lanzamiento fue bastante polémico debido a las letras y a su portada –una puesta al día de su clásico Slayergrama ilustrada por Wes Benscoter– que incluía en su interior la imagen de un fan que se había cortado el antebrazo para provocarse una cicatriz con el logo del grupo, así como la leyenda Satan Laughs As You Eternally Rot. Por todo ello, el cedé se editó cubierto con una simple funda negra con el logo y el título en blanco.
Os acompaño una breve selección que incluye la versión de 213 grabada en directo en diciembre de 1994 en Estocolmo.
Después de este, Slayer editaron un disco de versiones y el apabullante, terrorífico y denso Diabolus in musica –he estado a punto de hablaros de ese en lugar del que al final he escogido– con el que pusieron punto y final a la década y el siglo, y que se convirtió en el último álbum de la banda que poseo.
¡Feliz fin de semana!
© King Piltrafilla
Publicado el pasado viernes en zeppelinrockon.com
Publicado el pasado viernes en zeppelinrockon.com
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