Y mi segunda reseña del domingo se va para Combustión, de Daniel Calparsoro. La cinta nos cuenta en clave de thriller romántico como Mikel rompe su compromiso con Julia, rica heredera de una familia de joyeros, fascinado por la sensualidad de Ari, novia de Navas, un mecánico involucrado en el mundo de las carreras ilegales que la utiliza como señuelo para realizar atracos. Amiguitos, a Calparsoro le conocí con la impresionante Salto al vacío, a la que siguieron Pasajes, Guerreros o Ausentes y la verdad es que hasta ahora no había vuelto a ver nada de él. El resultado me ha parecido más que correcto en la factura. Tiene una excelente fotografía –unos amaneceres preciosos, neones nocturnos, interiores de clubes-, unos bonitos encuadres... pero me parece muy poco profunda, demasiado simplona para lo que promete.
Porque sí, hay un par de carreras, y salen Porsches, Ferraris o Audis... pero el que se crea que estamos ante una especie de Fast and furious a la española -como algunos han pretendido presentarla- está muy pero que muy equivocado. De hecho, disfrazado de thriller, lo que tenemos aquí es la historia de un triángulo amoroso bastante poco original en el que quien sobresale interpretativamente es precisamente el incómodo "cuarto" ángulo, una María Castro como Julia que es la más natural y creíble de todo el reparto. Así que, si queréis pasar un rato agradable –la cinta se deja ver, no se hace larga y es amena- asistiendo a esta historia de amor a tres bandas con personajes planos, preparaos un gintonic y disfrutad de Combustión. Si lo que queréis es oler a goma quemada, gasolina y sentir la adrenalina de la velocidad, mirad una carrera de NASCAR.
Como bonus os acompaño dos retratos de las protagonistas del la cinta, Adriana Ugarte y una María Castro que -como ya os he comentado- me ha sorprendido muy agradablemente.
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