Piltrafillas, cuando el otro día os recomendaba American Mary, ya os comenté que tenía pendiente ver la opera prima de las hermanas Jen y Sylvia Soska, esta Dead hooker in a trunk. Por fin la he visto y... bueno, la verdad es que no sé si me ha gustado o no. El argumento de esta especie de homenaje underground al cine pasado de vueltas de Tarantino o Ritchie ubicado en la fría Vancouver nos cuenta como después de una noche de alcohol, sexo y drogas en un club nocturno, la rebelde Badass y la junkie Rikki despiertan en su apartamento, la una en la cama junto a un desconocido y la otra en la bañera. Más tarde, las dos y Geek -la hermana gemela de la primera, una empollona con un pasado de maltrato infantil- suben a su Pontiac Firebird y se van a buscar a un amigo beato de la última al que apodan Goody Two Shoes. Los problemas aparecen cuando notan un olor extraño en el coche y descubren que en el maletero hay un alijo de drogas y el cadáver de una prostituta. A partir de ahí, las tensiones en el grupo, la voluntad de Geek de llamar a la policía, la negativa de Badass –quien no está segura ni de si la responsable de aquello puede ser ella misma-, la angustia de Rikki y su necesidad de drogas y la pusilanimidad de Goody TS, se convierten en el leitmotiv de la cinta mientras les persigue la policía y un asesino en serie que –a causa de un trauma infantil desde que el rabino que le hizo la circuncisión le dejó tullido- persigue a prostitutas.
domingo, 7 de abril de 2013
Dead hooker in a trunk
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