Piltrafillas, tenía ganas de ver esta película. Y después de una primera entrega de la que ya os hablé en su día, hace dos años casi exactos, vuelvo a recomendaros la visión de esta nueva historia de mercenarios con Sylvester Stallone al frente de todo –de hecho, vuelve a firmar como coautor del guión- titulada The expendables 2 y dirigida por Simon West. Esta vez la historia va de Mr. Church enfadado con Ross por la manera en que finalizó su anterior trabajo y encargándole –bajo la amenaza de meterlo en prisión junto a sus hombres si no lo hace- que recupere de los restos de un avión accidentado una información de vital importancia. Para ello le asigna una compañera, una tal Maggie, que es la única que puede reconocer y conseguir una vez allí lo que están buscando. A regañadientes, Ross acepta y se lleva a Maggie con su equipo. Sin embargo, lo que tenía que ser una misión fácil se complica con la aparición de un criminal llamado Vilain. Y eso es todo.
Amiguitos, The expendables 2 es básicamente más de lo mismo que en la primera parte, pero algo ralentizado. El inicio de la cinta augura un enorme espectáculo de acción y balas, con disparos, sangre, cuerpos que saltan por los aires, cabezas que explotan, pirotecnia y violencia física y verbal... pero luego comienza el argumento en sí y vemos que el valor de esta entrega no es ese precisamente. Lo importante es ver como encajan en esta historia las incorporaciones de Chuck Norris y Jean-Claude Van Damme, convirtiendo definitivamente a la serie creada por Stallone y Dave Callaham en un contenedor de jubilados del cine de acción que está obligado a superarse en cada entrega (hay rumores de que Nicolas Cage ya ha firmado para salir en la tercera parte y que los productores van tras Clint Eastwood y Harrison Ford). Pero centrémonos en esta The expendables 2. No quisiera desvelaros demasiado, pero tampoco os llevéis a engaño a tenor de los pósters de la película. El grupo de mercenarios es el de la primera entrega –Stallone, Statham, Lundgren, Couture y Caesar, los verdaderos protagonistas de la cinta- a los que se une un novato y una agente china interpretados por Liam Hemsworth y Yu Nan respectivamente. La aparición de Li es puramente testimonial –al principio de la película desaparece dejando en el aire su vuelta al grupo- y lo de Willis, Schwarzenegger y Norris –sobre todo en el caso de este último, su participación casi se podría definir como un cameo largo- son poco más que colaboraciones. Aún y así –sin demasiada acción ni originalidad-, la cinta es totalmente recomendable aunque sólo sea por el humor que destila y esa sensación de que los actores se lo están pasando pipa rememorando viejos tiempos, con un guión trufado de chistes referentes a su filmografía o sus personas –mezclando realidad y ficción-, como cuando dicen que Jensen –Dolph Lundgren- era ingeniero químico antes de perder la cabeza, cosa que es cierta, o como cuando hacen comentarios sobre sus edades y la de cosas que ya no pueden hacer como antes, la aparición eastwoodiana de Norris y su chiste del tipo “100 facts about Chuck Norris” y Arnold repitiendo su terminatoriano Volveré ante la exasperación de Willis, exclamando el yippie ki-yei de John McClane o haciendo referencias a Rambo. En todo, quie mejor se lo pasa es el pobre Van Damme –que ya se desnudó psicológicamente en la recomendada JCVD- y que aquí disfruta como un enano en el rol del malvado de turno. En fin piltrafillas, para las nuevas generaciones quizás no sea más que una película de acción mediocre, pero para los que crecimos con estos tipos pegando fuerte en las pantallas es muy estimulante y palomitera. ¿Qué más da todo lo demás?
3 comentarios:
Fui con mi señora y nos lo pasamos pipa. Eso sí, hay que tomarla como una comedia y no como una de acción al uso.
También se podría haber llamado The Botox Team.
Na que me la tragaré como la anterior con el unico proposito que ud. muy bien expuso: ver a viejas glorias paseando su pila de años...
>:)
Estoy de acuerdo con desdeAndorra, es una comedia de chistes privados que no entenderán las nuevas generaciones y que resulta simpática y amena para los que crecimos con "Delta Force", "Terminator" y las pataditas de Van Damme.
Caballero, no sólo se trata de ver a viejas glorias, pero es usted libre de verla o no. El caso es pasar un rato agradable, no de "tragarse" un peñazo.
Pero no lo descarte del todo. Si un día se aburre y se le han acabado las películas de cine experimental iraní o de arte y ensayo albanés, dele una oportunidad. :)
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