Piltrafillas, los habituales del lugar ya sabéis que ayer fue mi cumpleaños pero lo que no os he contado es que fui a comer a La Masía de Sant Celoni –cayeron unos caracoles a la llauna con allioli y romesco, confite de muslo de pato con crujiente de pera y de postre couland de chocolate con helado de vainilla- y que parte de la soleada mañana la dediqué a visitar con la familia la semidesconocida y casi oculta e impresionante colección de automóviles de Salvador Claret.
Amiguitos, en plena carretera Nacional II –a la altura del kilómetro 698- y en el término municipal de Sils, en la gerundense comarca de La Selva, existe un museo que todo amante del arte sobre dos o cuatro ruedas no puede perderse. Así, por cinco euros, uno accede a una nave dividida en cinco salas -contigua a una pequeña casa particular rodeada de un descuidado jardín- en donde se apilan sin demasiado orden ni concierto varios Ford T, Jaguar, Alfa-Romeo, Mercedes-Benz, Renault, Hispano-Suiza, Facel, Ferrari, Chevrolet, Maybach, Bentley, Cadillac, BMW, Bugatti, Volkswagen, Austin, MG, SEAT, Lancia, Nissan, Isettas, un Pegaso y un Biscúter entre un largo etcétera de marcas, además de rarísimos David, Ricart, Abadal, Orix, un montón de motos ... e incluso un avión!
Sin duda alguna, este pequeño museo tan importante por algunas joyas que posee -una colección familiar con una pequeña subvención municipal que no da para demasiados lujos- no merece el humilde estado en el que se encuentra por pura necesidad económica, en un espacio limpio pero sin amplitud. A algunos coches –por ejemplo- es imposible acceder y sólo se pueden admirar desde lejos.
En fin piltrafillas, que si os gustan los coches y visitáis la Costa Brava, no podéis dejar escapar esta oportunidad para admirar la colección del señor Claret con la esperanza de que alguien, algún día, decida otorgarle la entidad que merece. Mientras, ya os anuncio que durante varios días os ofreceré diversas instantáneas que he tomado durante mi visita.
2 comentarios:
Me molan estos putos viejos trastos que tanto me gustan de fotografiar cuando se dejan sus dueños -claro-...
Pues estos están para eso.
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