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Ahora piltrafillas, para terminar el día os hablaré de Hellride, la cinta que he visto hoy, una producción de Quentin Tarantino y guión, dirección y papel protagonista a cargo de Larry Bishop. La película cuenta con la presencia de David Carradine, Dennis Hopper y el efectivo Michael Madsen –al que siempre hay que ver en versión original- con su voz rota y una interpretación entre cansada y chulesca. Total, una cinta auspiciada por el tío Quentin que –al igual que las que en nuestro país realiza Santiago Segura- más que tener un reparto de actores parece una reunión de amiguetes.
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El argumento es simple y directo como un puñetazo en la cara. Pistolero, Gent y Comanche –de quien ya intuímos su verdadera identidad desde que comienza la película, quizás un fallo- recorren la carretera determinados a acabar con los 666ers, autores del asesinato más de treinta años atrás de la novia del primero. En resumen, una distraída película norteamericana de serie B extremadamente violenta aderezada con polvo, asfalto, armas, Harleys y unas gotas –casi nada, ya sabéis que escandaliza más a los yankees un coño que un cráneo reventado por un 38- de sexo. Lo dicho, una buena elección para una calurosa tarde del sábado acompañados de algo de alcohol, ya sea la copa de brandy que he escogido yo o unas cuantas cervezas frías, que también apetecen y quizás van más con la historia.
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El argumento es simple y directo como un puñetazo en la cara. Pistolero, Gent y Comanche –de quien ya intuímos su verdadera identidad desde que comienza la película, quizás un fallo- recorren la carretera determinados a acabar con los 666ers, autores del asesinato más de treinta años atrás de la novia del primero. En resumen, una distraída película norteamericana de serie B extremadamente violenta aderezada con polvo, asfalto, armas, Harleys y unas gotas –casi nada, ya sabéis que escandaliza más a los yankees un coño que un cráneo reventado por un 38- de sexo. Lo dicho, una buena elección para una calurosa tarde del sábado acompañados de algo de alcohol, ya sea la copa de brandy que he escogido yo o unas cuantas cervezas frías, que también apetecen y quizás van más con la historia.
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