Legionarios de Cristo

Amiguitos, hoy voy a escribir sobre un tema que –a buen seguro- encantará al miembro replicante de nuestra comunidad. Había oído hablar de ellos en varias ocasiones, pero nunca me había decidido a buscar información... hasta hoy. Os hablaré en esta tarde de miércoles de los Legionarios de Cristo. Esta congregación ultraconservadora de bonito nombre formada por sacerdotes ordenados y miembros laicos fue fundada en 1941 por Marcial Maciel en México. Desde su fundación, el padre Maciel estuvo al frente de la Legión –que hoy cuenta con un millar de sacerdotes, más de 2.500 seminaristas y diversos centros educativos en más de veinte países- y el movimiento Regnum Christi hasta que en 2005 renunció a ser reelegido como director general de la orden. Falleció en 2008 después de que el Vaticano considerase probada su culpabilidad en los abusos sexuales continuados a seminaristas de su orden que incluso dieron como fruto una hija.
 

Piltrafillas míos, dejando a un lado mi opinión sobre el tema místico o religioso –para mi, el hombre creó a Dios y no al contrario-, tengo un gran respeto por las órdenes o grupos que en base a su fe se dedican a ayudar al prójimo desde una visión social e humanista en cuanto a querer dignificar a los humildes ayudándoles a luchar contra la esclavitud o el paternalimo déspota de algunas clases superiores, económicamente hablando. Sin embargo, es mentar religión y conservadurismo –la iglesia de la derecha carrinclona de toda la vida- y el resultado es invariablemente la corrupción y los escándalos de todo tipo. Demasiadas ansias de poder terrenal para una gentuza que –en teoría- tiene como objetivo seguir las reglas de un guía divino.

Pero, ¿como llega a nuestro país esta orden mexicana cuyo líder –el pederasta que se codeaba con Papas- se jactaba de comprar a obispos, relacionarse con grandes empresarios y tener como tesorera a la esposa del que fue presidente de México, Vicente Fox? Pues porque un lugar como España, cuna del Opus Dei, con el Partido Popular en el poder, era un caramelo demasiado tentador como para dejarlo escapar. Así, gracias al secretario general de la Universidad Complutense José María Michavila –diputado del PP que llegó a ser Ministro de Justicia-, los Legionarios consiguieron hacerse con el centro Francisco de Vitoria, cercano a la capital y con categoría de adscrito a la citada Complutense. Con un buen número de miembros del Opus en el gobierno de España, la Legión de Cristo –que inclusó intentó captar a varios de ellos- pudo establecerse en nuestro país. Como ya os he dicho, la figura de Michavila fue determinante en ello: simpatizante de los Legionarios, ex-miembro del Opus Dei y –sobre todo- titular del Ministerio del que dependía la Dirección General de Asuntos Religiosos. Se dice que los Legionarios quisieron captar a Isabel Tocino –supernumeraria de la Obra-, que permitieron ciertas prebendas a la segunda esposa de Álvarez Cascos –que estudiaba en el Francisco de Vitoria- o que tenían mucho interés en agradar y agasajar a miembros relacionados con el Gobierno de nuestro país y su esfera con el fin de que ingresasen en Regnum Christi. Pero, como podéis imaginar, no existen demasiadas declaraciones contrastadas de los afectados sobre el particular.

Total, otra de esas sectas en las que dinero, poder y la figura de Cristo se unen de manera obscena. La congregación mexicana llegó a poner a un tal Daniel Sada –cuyo hermano era miembro de la Legión- al frente del gabinete de Educación de José María Aznar convirtiéndole en el principal asesor en materia educativa del Presidente y de su esposa, Ana Botella. Sin embargo, las tensiones entre Opus Dei y Legionarios de Cristo por mantener sus posiciones fueron un lastre para la orden del padre Maciel. Muchos opinan que el que hubiese una orden conservadora más a la derecha del Opus, hacía buenos e incluso oportunos –la Legión era una orden extranjera- a los seguidores de San Josemaría Escrivá de Balaguer. Hasta Alfonso Guerra dijo en una ocasión que el matrimonio Aznar estaba enfrentado por un lío de faldas, aclarando a continuación que no quería que se tergiversasen sus palabras, que el tema era que uno estaba bajo las faldas del Opus y el otro bajo las de la Legión.

En fin piltrafillas, que hace tiempo que no se oye hablar de esta gente –lo que es inquietante sin duda-, pero eso no evita que tengan cierta relevancia en algunos círculos. Nada más, y espero que si no conocíais la existencia de esta orden os haya servido esta entradilla para aumentar vuestros conocimientos. A los que ya supiéseis de la trayectoria de los Legionarios, os pido disculpas si –desde mi ignorancia- he cometido alguna inexactitud.