Amiguitos, aquí se inicia el resumen de mi particular festival de cine japonés, con espadachines y samurais, cyberpunk, softcore y animación, todo un variado ejemplo de las películas que ese precioso país al que deseo regresar alguna vez nos ha ofrecido. No son ni las mejores ni las más conocidas ni las que más me han gustado... pero, ¿who cares?
Tetsuo 1, the iron man. La cinta –que ya tiene 20 años- comienza con un tipo que disfruta introduciéndose pedazos de metal en el cuerpo. En concreto vemos como se hace un tajo y se mete un tornillo enorme, así a lo bestia. Pasado un tiempo, la herida –como era de esperar- se infecta y el tipo sale corriendo a la calle llevado por la locura y tan ausente de la realidad que se planta enmedio de la calzada sin poder evitar que le atropelle un coche. En condiciones normales, eso sería una desgracia pero claro, cuando un alienado de este tipo goza incrustándose metal en la carne, el que se le empotre un automóvil en el cuerpo debe ser la mayor de las fantasías sexuales o algo así ¿no?
Bueno, pues en este momento finalizan los títulos de crédito y comienza de verdad la película, una película que tiene su explicación en ese accidente del principio, con un desarrollo tan endiablado que para mi que el realizador estaba atiborrado de drogas cuando la rodó, una película tan rara –ritmo sincopado, imágenes industriales, carne lacerada, violencia, un pene taladrador, hierro candente, sodomía metálica, ruido...- que no os contaré nada más sobre ella. Piltrafillas, yo de vosotros no me la perdería. Eso sí, cuando acabéis de verla solo podréis adorarla o despreciarla. Con Tetsuo no hay término medio.
Azumi. Piltrafillas, esta película -basada en un comic japones- explica la historia de Azumi y sus compañeros, huérfanos a los que educa y alecciona un anciano maestro de artes marciales, para convertirles en asesinos que tendrán como misión eliminar a diversos señores feudales contrarios a Ieyasu Tokugawa, cabeza del último shogunato que gobernó Japón durante 264 años. La cinta –protagonizada por la jovencita Aya Ueto, actriz y cantante natural de Tokyo- es una distraída película de aventuras llena de peleas de espadachines y poca profundidad argumental.
No ha estado mal, no me malinterpretéis, pero dista mucho de ser una obra maestra del género. He echado en falta –por ejemplo- un mayor cuidado en las coreografías de las escenas de lucha, que aparecen bastante caóticas y poco definidas. En fin, un divertimento palomitero del montón que obtuvo relativo éxito, tanto en su país como en Europa y los Estados Unidos. De hecho, hace tres años se estrenó su segunda parte y, quien sabe si un día de estos os hablo de ella.
Rusted body: Guts of a virgin III. Os voy a hablar ahora sobre una película que se enmarcó en la serie de sexygore Entrañas de una virgen –en concreto se le dio el número tres-, aunque los amantes del género no están muy de acuerdo con dicha inclusión. Lo cierto es que yo tampoco creo que deba considerarse como tal. Para que os hagáis una idea, en la número 2 se podía ver la historia de una joven que –después de ser violada y torturada- se convertía en un demonio con cabeza de pene que se dedicaba a vengarse de sus agresores de la manera más horripilante que podáis pensar. Se trataba de la típica película de gore friki japonés –es decir, doblemente friki- con grandes dosis de sangre y sexo bizarro. Pues bien, con esos antecedentes ya me imaginaba que en Rusted Body no iba a encontrar una historia de Walt Disney. Sin embargo, lo que he visto ha sido más una típica cinta de softcore –en Japón se llaman pinku eiga- que otra cosa. Es decir, erotismo subido de tono en lugar de sangre.
Al principio la cosa promete. Se ve a un par de mujeres en medio de una escena lésbica con consolador y cables incluidos que se abandonan al placer mientras en la habitación de al lado un viejo y un joven azotan a un hombre. Luego, las dos amigas se unen a la “fiesta” y una de ellas coge unas tenazas con las que torturar al pobre tipo. No tardamos en enterarnos de que el bizarro grupo son una especie de investigadores que utilizan el sexo –el viejo posee una máquina sexual, una especie de Orgasmatron, que consiste en un tatami con cables, que permite que si alguien se conecta a ella pueda sentir el mismo placer o más que la pareja que se dedique a fornicar sobre el lecho- para torturar a sus víctimas y sacarles cuanta información deseen. A partir de ahí, lo único que sigue son diferentes escenas de felaciones, sodomía, cunninlingus y sexo en grupo –todo sin que se vea un solo pene o vello púbico, cosas de la censura nipona- que no aportan nada a la historia. Como detalle de extremismo gore sólo puede aportarse la manera –una vieja picadora de carne a manivela- con la que el grupo se deshace de sus víctimas. Sólo recomendable para frikis algo depravados que quieran meneársela con algo diferente a lo habitual o para estudiosos –mi caso, no lo dudéis- del variado, rico e interesante cine nipón.
La tumba de las luciérnagas. Por último, amiguitos, una cinta de animación de inmejorable factura. Oh vaya, dibujos animados –diréis-, una película infantiloide y poética para acabar el ciclo... ¡nada más lejos de la realidad! Se trata de la película más cruda y triste de las que me he programado este fin de semana. La historia se basa en la novela autobiográfica de un tal Akiyuki Nosaka, quien fue rechazado por sus parientes a los 11 años en medio de un bombardeo aliado en el que su pueblo fue destruido por las llamas.
Y, bueno, no os quiero destripar la película, pero el desarrollo de ésta no tiene nada de feliz, os lo aseguro. En una situación en la que las personas deben mostrarse –sobre todo con unos pobres niños- más bondadosas, generosas y solidarias que nunca, vemos como la barbarie les convierte en seres sin atisbo de humanidad. Os la recomiendo pero os aviso de que –a no ser que seais insensibles- no pasaréis un buen rato. ¿Veís como a veces es mejor mirar gore o sexo bizarro?
2 comentarios:
Mucho arte que ver por aquí..
Queda usté adherido a mi blog..
enlazo con ilustraciones espero que te guste la que he elegido para ti...sino se cambia.
Gracias por tu valoración.
Nos seguimos viendo..
El blog es suyo, póngame la imagen que desee. La de -si no me equivoco- David Stoupakis ya me está bien. No es de las que más me gusten pero...
Saludos.
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