En fin amiguitos, que tal como se esperaba, Barack Obama es el nuevo presidente de los Estados Unidos. A algunos –sin conocer a fondo sus propuestas- nos parece bien que se haya llevado la victoria en lugar de McCain, más que nada porque este último es del mismo partido político que el infame George W. Bush, el millonario ignorante que llevó a su país –y al nuestro- a una guerra que ha costado muchas vidas. Con la derrota de Rajoy en España y el fin de la era republicana en los States, algunos –repito- nos sentimos contentos. Pero lo cierto es que tampoco es que el tal Barack nos vaya a solucionar la vida. Lo más seguro es que incluso nos haga la puñeta de tanto en tanto. Total, espero que ahora que parece que la Casa Blanca se ha teñido de negro –estúpido juego de palabras, lo sé-, no tengamos que lamentar en breve un magnicidio. Algunos –entre quienes me incluyo- lo anunciamos desde hace tiempo, y no creemos que -tal como piensa buena parte de la población de ese país- sea tan descabellado temer algo así. ¿Recordáis los disturbios raciales que se produjeron a raiz del abuso de autoridad de la Policía de Los Angeles contra el ciudadano negro Rodney King?, pues no quiero ni imaginar la revolución que podría armarse si el Kukuxklan, la Nación Aria o cualquier grupo armado antigubernamental –que los hay, y muchos- decidiese matar al primer presidente de raza negra que han tenido los estadounidenses.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
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