Continuamos la mañana después de comer pescado frito en uno de los puestos de la Plaza del Mercado y nos encaminamos al barrio de Kamppi. Os acompaño imágenes de la Plaza de Narinnka, con su zona de ocio y la preciosa Capilla del Silencio, un templo ecuménico al que no pudimos entrar por hallarse en reformas pero muy bello en su exterior. Completo la aportación con vistas de la estación central, el edificio del Parlamento, la Biblioteca Oodi o el HAM, museo de arte con su entrada presidida por una cabeza gigante de gaviota, o lo que sea el pájaro ese. Después de descansar un poco nos dio por ir hasta el distrito de Toolo –caminando por supuesto, que a nosotros nos gusta patear las ciudades y coger el transporte público lo menos posible– para ver el monumento dedicado al compositor Jean Sibelius.
El lugar está, cómo os diría... a tomar por culo del centro. Y la escultura tampoco es que valga gran cosa, pero la zona en la que está ubicada es bonita y nos proporcionó un momento de relax con cerveza incluida antes de regresar a Kamppi y buscar un sitio para cenar. Por cierto, para los que vayáis a comentar que nos hizo buen tiempo, dejando a un lado el tema de la temperatura muchísimo más llevadera que en España, os diré que tuvimos numerosos chubascos y lluvias aunque por suerte bastante espaciadas en el tiempo. Simplemente me limité a no tomar fotografías de esos instantes. Y no por esconder esos momentos, sino que me jode bastante que se me moje la cámara.
2 comentarios:
Un viaje pendiente, hace ya largo tiempo que estuve por aquellos lares, con personas que ya no están, con un ambiente, creo que muy distinto socialmente hablando...
Entiendo lo de la cámara, yo también practico no mojarla, pues me jode, si, pues tengo que limpiar el objetivo y sí enseñarla es prácticamente un delito, ver como la limpias, es un...
Salu2 y que lo disfrute...
Un abrazo, amigo mío.
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