La recomendación de hoy es para Swallow, una película escrita y dirigida
por el neoyorquino Carlo Mirabella-Davis que definitivamente no es –por su tono
pausado e intimista– de fácil digestión. Oh vaya, sin querer he hecho un mal
chiste. Y es que, si me pongo como ejemplo, la verdad es que la primera vez que
intenté verla me aburrí y la dejé estar para otra ocasión. Pues bien, será que
los astros estaban alineados o qué sé yo, pero esta vez mantuvo mi atención con
esa historia inquietante en la que Haley Bennett soporta el peso de la película
llevando a la pantalla a esa joven que disfruta –es un decir– de una aparente y
falsa felicidad que enmascara su aburrimiento y baja autoestima sepultada por el
peso de la losa de un trauma del pasado que se manifiesta de manera
autolesiva.
Y es que la tal Hunter, casada con un joven empresario y con una preciosa
vivienda en un lugar de ensueño, tiene una vida de lo más anodino. En estas,
cuando se queda embarazada, comienza a desarrollar un trastorno alimentario
denominado pica que consiste en tragar cosas sin aporte nutritivo alguno que
además pueden ser peligrosas, como tierra, canicas, imperdibles o chinchetas.
Coprotagonizada por Austin Stowell, Elizabeth Marvel o Lauren Vélez, Swallow
puede calificarse de terror psicológico que transmite miedo a través de su atmósfera
opresiva y la visión de los actos de Hunter, todo ello en medio de un ambiente enrarecido en
lo tocante a las relaciones personales que le da a uno la sensación de que algo
no marcha bien aunque –al menos al principio– no se sepa la razón y que perturba
sin necesitar de violencia ni escenas gore. En definitiva, que si os atrapa,
vedla hasta el final que no os defraudará. Ahora bien, si os aburre, poneos a
otra cosa porque el tono de la película es el mismo de principio a fin.
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