domingo, 11 de marzo de 2018

The shape of water (2017)


Y si la anterior película era de lo peor que he visto en mucho tiempo, le llega el turno a la laureada The shape of water, que sin duda –premios aparte– es de lo mejor que he visto últimamente. Así es, piltrafillas, la Academia no se ha equivocado otorgando su Oscar de este año a la mejor película a esta fabulosa cinta escrita y dirigida por el realizador mexicano Guillermo del Toro. El argumento nos muestra el día a día de Elisa –soberbia Sally Hawkins–, una mujer solitaria y muda que trabaja en el servicio de limpieza de un centro de investigaciones aerospaciales. En su vida sólo tiene a Zelda, su locuaz compañera de trabajo, y a su vecino Giles, un maduro diseñador gráfico de publicidad. Pero la empresa en la que trabaja Elisa es en realidad un laboratorio gubernamental secreto, un oscuro agujero en el que la mujer descubrirá el amor en una extraña criatura anfibia que se encuentra cautiva en sus instalaciones. 


Además de los premios a mejor director y mejor película, de The shape of water impresiona su música –Oscar para el multipremiado Alexandre Desplat–, la fotografía del danés Dan Laustsen –otro nominado sin premio como Hawkins– y su diseño de producción a cargo de Paul Austerberry, que también se llevó el Oscar. En fin amiguitos, una preciosa fábula romántica llena de referencias al cine musical –desde las obvias con Shirley Temple, Betty Grable o Carmen Miranda hasta detalles como los zapatos rojos con los que sueña Elisa– y a la época en la que se ubica la acción, en plena guerra fría a finales de los años 50, con espías rusos, televisores, microondas, Cadillacs y pinceladas sobre la segregación racial y represíon de la homosexualidad. En fin, una gran película que merece los galardones recibidos y le hace pasar a uno un rato más que agradable. Joyita.