Y ahora, por fin, mis impresiones acerca de esta enorme obra de arte que es The hateful eight. Piltrafillas, seguramente todos conocéis los experimentos que Ivan Pavlov realizó con sus perros, que al sonido de una campanita ya salivaban y segregaban jugos gástricos esperando la comida. Pues con esta película me he sentido como uno de aquellos chuchos. Ha sido ver esos créditos iniciales y, cuanto más sonaba la música de Morricone, más babeaba yo. Dirigida y escrita por Quentin Tarantino, la historia que la cinta nos cuenta se inicia con el cazarrecompensas John Ruth llevando a su prisionera Daisy Domergue a Red Rock para que la ahorquen, a bordo de una diligencia a través de unos paisajes de Wyoming que dan frío sólo de verlos. En su camino se encuentra con el Mayor Marquis Warren, otro cazarrecompensas que acarrea los cadáveres de unos forajidos que tenían precio por sus cabezas y poco después con Chris Mannix, el nuevo sheriff de Red Rock. Todos ellos deben refugiarse en una fonda remota para guarecerse de una fuerte ventisca helada que se cierne sobre la zona. Allí encontrarán a Oswaldo Mobray, Joe Gage y el general sudista Sandy Smithers, que por una u otra razón también han acabado en ese lugar y se están protegiendo de la nieve. La dueña del negocio no está presente, pero ha dejado a cargo de todo a Bob, su empleado mexicano. Si sabéis contar, suman ocho.
domingo, 24 de enero de 2016
The hateful eight
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2 comentarios:
es así como la contás... y más... la difruté mucho...
al principio no puedo negar que es lenta, después explota or los aires...
larga vida a Tarantino...
Más que lenta... es de desarrollo pausado, muy oriental, de esas que parece que no pasa nada pero que te vas enterando de cosas y entrando en los personajes hasta que ¡BUM!
Gracias por comentar.
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