Peacock

Piltrafillas, os traigo ahora a otro de esos ejemplos de cine maltratado, una cinta más que aceptable de 2010 que en nuestro país ha aterrizado directamente en el mercado del vídeo mientras que subproductos infectos menos recomendables se estrenan en salas comerciales o reciben ayudas del Ministerio de Cultura. En fin, más de lo mismo amiguitos. Pero dejad que me centre en la protagonista de esta entrada, la norteamericana Peacock, una película en la que se nos muestra la anodina existencia de John Skillpa, un tipo entre tímido, apocado y perturbado que vive rutinariamente dos personalidades contrapuestas –imposible no pensar en Norman Bates- hasta que un accidente provoca que el mundo conozca a la hasta el momento oculta personalidad de Emma Skillpa, algo que pondrá en peligro el frágil equilibrio del día a día de John desbaratando sus relaciones sociales. Así pues, la presencia novedosa de la mujer del alcalde, la aparición de un hijo desconocido y la voluntad de Emma de manifestar su existencia provocará una lucha angustiosa entre las dos personalidades de John que desembocarán en un final –el oficial al menos, porque me parece que existen otros alternativos- emocionante.

Amiguitos, Peacock no es gore, ni erótica, ni tiene acción a raudales, pero está bien resuelta, su argumento es muy interesante, tiene una preciosa fotografía de atardeceres e interiores, cierta poesía –si me permitís-, una buena ambientación musical y –sobre todo- nos regala una gran interpretación de Cillian Murphy, actor irlandés al que mayoritariamente conocemos por haber participado en varias cintas de la nueva saga Batman de Christopher Nolan pero que a mi me impresionó en una rarísima Desayuno en Plutón de Neil Jordan. En resumen, aún no siendo una obra redonda –en algunos momentos me pareció lenta-, si queréis pasar un buen rato ante una película de calidad notable que inexplicablemente no se ha estrenado en pantalla grande, Peacock es una buena elección. Hacedme caso.