Comienzo el mes con el erotismo surrealista de Anthony Christian, un londinense que en su época fue considerado como un prodigio infantil de la pintura. Formado de manera autodidacta copiando a los maestros de la National Gallery, con sólo quince años ya se ganaba la vida retratando a diversas celebridades. A los veinte años comienza un periplo por países como Francia y Marruecos en donde seguirá realizando retratos hasta su regreso a Londres. A mediados de los 90, su estilo sufre un cambio brutal, se traslada a la India y comienza a expresarse a través de un surrealismo inundado de sensualidad. Con el cambio de siglo, Christian se establece en Yorkshire y se dedica a organizar exposiciones de sus trabajos por Asia, Estados Unidos, Australia e Irlanda.
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